Ushko miraba por la ventana al nevado exterior, viendo de forma distraída y fastidiada los copos de nieve caer. Muy pocas veces había salido de esa casa, aunque tampoco sentía muchas ganas de salir a ver lo que había fuera; su mundo se limitaba a Masacrik, y donde él estaba, estaba su mundo, así que esos muros y pasillos ya conocidos eran todo lo que necesitaba mientras él estuviera en ellos, porque todo su mundo gira alrededor de él.
Volteó su cabeza para mirar el salón vacío; él no estaba aquí en este momento, estaba abajo, ¿Qué estaba haciendo? ¿Por qué estaba tardando tanto? ¿Estaría bien, le habría pasado algo? Estaba haciendo mucho silencio, ¿Qué tal si le ocurrió algo? Entonces ella tendría que ir e intentar ayudarlo.
Sin embargo, sabía que no debía bajar, a menos que él la llamara, pero realmente quería ir, solo para estar con él, necesitaba estar con él, mirarlo y sentir su tacto, necesitaba saber que él está bien, que su mundo estaba bien. Comenzó a rogar internamente que él la llamara, que le pidiera cualquier cosa, aunque sabía que él era específicamente exigente e irritable cuando estaba allí abajo, quería que todo se hiciera a la perfección y rápido, y esto la ponía aún más nerviosa y por lo tanto la volvía más torpe, pero el que él la llamara, o que saliera en este momento, era la única forma de verlo.
¿Y si iba y se sentaba al pie de la puerta hasta que él la abriera? Así por lo menos podría escucharlo, y estar más cerca de él.
...No, si él habría la puerta y la veía ahí, se podría enojar, entonces, ¿Qué hacer? ¿Por qué esa estúpida puerta tiene que existir? Los separa, y lo pone a él de mal humor.
Volvió su vista a la ventana, tal vez seguir viendo los copos de nieve caer podría calmarla y ayudarla a distraerse.
¡Un conejo! Mira eso, un pequeño conejo blanco había aparecido saltando entre la nieve. Vaya, qué fuerte es ese conejito. En realidad era una liebre pero, ¿Cómo podría saberlo ella?
Masacrik apareció en ese momento cruzando el marco de la puerta. Ushko lo miró caminar hasta el sofá y sentarse mientras su mente claramente estaba viajando quién sabe por dónde.
Ella se acercó a él en silencio y se sentó en el piso cerca de sus pies mirándolo intensamente. Fue entonces cuando él se alejó un poco de sus pensamientos para mirarla. —¿Qué pasa?— Ella no contestó, solo lo siguió mirando con la misma cara de súplica, hasta que él entendió su petición. —aah, ya sé qué quieres. Está bien, ven.— Dijo otorgándole el permiso con lo que ella se emocionó, mostrando un pequeño respingo y un sonrojo muy leve, pero que eran la fachada de la fuerte emoción y nerviosismo que había bajo su piel en este momento. Se subió sobre él y se acostó en su regazo como un gato.
—eso es, qué buena chica— Decía él mientras ella se acomodaba; luego miró por la ventana acariciando su cabeza mientras ella empezaba a ronronear muy levemente —Debe hacer frío afuera, ¿Eh?— luego la volteó a mirar quitando su mano de su cabeza para gesticular —¿No te alegra estar aquí, o no allá afuera? Tienes suerte, podrías estar allá afuera muriendo de frío sin probabilidad de sobrevivir, pero en lugar de eso, estás aquí en casa, calentita y mimada, qué suertuda eres. — Ella lo miró y asistió en silencio y él acarició su espalda, volviendo su vista a la ventana y sus pensamientos a las nubes. —Sí... debe hacer frío afuera...
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La vida en psiconía (Pausada temporalmente)
FanfictionPues nada, es el día a día de aquel loco que se hace llamar doctor masacrik junto a su creación y mascota, Mimi. solo es el cómo, según yo, pasar sus días esta peculiar pareja de psicópatas y el cómo es la dinámicas de su relación extraña y nada com...