Somos un grupo de 5 chicos y siempre estamos juntos. Aunque soy el más tranquilo y calmado de mis amigos, me siento completamente seguro cuando estoy con ellos. Desde que estábamos en la escuela, me han protegido de los demás cuando me intimidaban p...
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Capítulo especial de Marina y Raiza.
La esbelta figura de Marina cautiva la vista de la rubia de ojos claros que está observando detenidamente cada movimiento sin perder ningún detalle, es así como se sentía estar en el cielo, o quizás en el infierno, sin duda, es una de las frases que rodeaban la mente de Raiza.
—Hace más de dos semanas que estamos desaparecidas. Es cuestión de días para que nos encuentren. Lo más probable es que debamos escondernos hasta que a tu madre se le pase el enojo. —Raiza rompió el silencio en el que se encontraban, haciendo que ambas se miraran fijamente tratando de encontrar la mejor solución.
—No deberíamos pensar en aquello, Julls me va a matar cuando despierte de esa cama y vea que he huido y que no estoy para él. Más me preocupa el enojo de Julls que el de mi madre, ella me entenderá, pero Julls no —dijo con un tono de voz muy bajo y con la mirada cansada, pero aun así no dejaba de verse demasiado linda.
—Deberías dejar de preocuparte, tengo más problemas que tú. —susurró mientras se sentaba encima de Raiza rodeando sus manos por el delicado cuello de su amada Rusa, sus ojos se concentraron en la jugosa boca de su acompañante, la noche era fría, pero estar en los brazos correctos la hacía calurosa.
Raiza no dijo nada solo rodeo la cintura de Marina con sus manos y accedió a lo que estaba a punto de suceder, sus bocas se juntaron cada segundo se intensificaban más su beso, el sonido de sus bocas chocar se escuchaba por toda la habitación. El pequeño vestido que traía puesto Marina dejaba mucho que ver, sus pechos redondos se salían del vestido provocando por completo a su amiga, haciendo que esta dejase de besarla para ocuparse de sus lindos pechos.
La boca de Raiza no cesaba sus manos apretaban su pezón izquierdo mientras su boca se ocupaba del que quedaba libre haciendo que Marina soltara varios gemidos los cuales se podrían escuchar hasta la habitación vecina, lo único que pasaba por la mente de Marina era continuar con lo que estaba haciendo, quería sentir los dedos su querida chica mala dentro de ella.
—Esto te convierte en mala —susurró Raiza, haciendo que Marina reaccione. Mostrándole una sonrisa, pidió que no parara.
—Debo admitir que desde ese día en la cafetería me gustaste tanto que siempre deseé estar en esta situación —agregó Marina.
Después de escuchar la confesión de Marina, lo único que pasó por la mente de Raiza era acceder a todo lo que decía. Aunque la deseaba demasiado, aún tenía cosas ocultas y pronto debería terminar su trabajo. Pero antes, deseaba amar a Marina sin preocupaciones, aunque fuera por poco tiempo
Volvieron a besarse, la cálida mano de Raiza empezó a tocar suavemente la parte inferior de su amante, sin dejar de besarla su mano recorrió por encima de su ropa interior, sin previo aviso su mano ya estaba jugando con el clítoris, cada toque era una explosión de excitación para Marina, cada vez se intensificaba el movimiento de la mano de Raiza, haciendo que el cuerpo de la otra persona se moviera sin necesidad de pedirlo.