(31) Confesión

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La biblioteca era un lugar tranquilo, fue lo que notó Sasuke, al poner pie dentro de la habitación. Y no tan sofocantemente silenciosa como él esperaba que lo fuera.

Por supuesto, el azabache nunca había pensado en venir a estudiar aquí, a diferencia de otros estudiantes. Lo hacía en casa, donde no tendría que soportar la presencia de los demás.

Se encontró con que los susurros de conversaciones ajenas en las otras mesas en realidad eran... reconfortantes. No le irritaban.

A pesar de que normalmente escucharía música en silencio, decidió simplemente tratar de apreciar el momento. Había una ventana a su lado, que daba con el patio de atrás de la escuela, donde estaban los árboles más frondosos...

Naruto no tardó mucho en aparecer. Hizo algo de ruido al entrar, y estuvo a punto de gritar su nombre, pero la bibliotecaria le chitó con el ceño fruncido, de forma que el rubio solamente sonrió y se rascó la nuca, torpemente acercándose.

— Hola! —saludó, en un susurro exagerado.

— Hn. Hey. —respondió Sasuke, levantándose y recogiendo su mochila.

Ante la mirada confundida del rubio, movió la cabeza hacia la ventana, indicando que sería mejor salir.

— No podremos conversar bien aquí. —explicó.

Naruto asintió, habiendo entendido, y lo siguió hasta afuera.

Sasuke se dirigió al más frondoso árbol que alcanzó a ver en el patio, aunque tuviese que levantar sus piernas sobre una de sus raíces para sentarse recostado contra el ancho tronco.

Detrás de él, el muchacho rubio copió sus movimientos, aunque lanzando su mochila primero.

— En verdad te da vergüenza que te vean conmigo, teme?
— No es por eso. Solamente valoro mi privacidad. Y me parece completamente razonable.

A pesar de la respuesta defensiva, Naruto sonrió con tranquilidad, acomodándose junto al azabache, recostándose sobre su hombro. Su cuerpo entero estaba acurrucado contra el suyo. Sasuke sabía que tardaría en acostumbrarse a la cercanía.

Pero, carajo, no iba a negar que se sentía fantástico.

Sentía algo suave en el pecho expandirse por todo su cuerpo, ante el hecho de que a Naruto realmente le gustaba tener esta clase de cercanía con él.

— Y bien? Hay algo que hayas querido decirme?
— Mm... nah. Sólo... quería asegurarme de que estés bien...

De pronto se levantó, con la postura firme.

— Lo estás, no?

El azabache no pudo evitar la sonrisa que trepó a sus labios.

— Tranquilo. Lo estoy.
— Más te vale...

Dicho esto, volvió a echarse sobre el muchacho más alto, esta vez abrazándolo de verdad.

    Respiró profundamente y exhaló, haciendo que el Sasuke sintiera escalofríos de los buenos, al sentir la respiración del rubio contra su cuello.

    — Me preocupaste tanto, bastardo...

    Sasuke exhaló, sintiendo la tensión en su propio cuerpo ir desvaneciéndose, al igual que durante su conversación del almuerzo.

   — Lo siento... —respondió, arrugando el entrecejo y levantando sus brazos, para rodear a Naruto con ellos. Sintió que él lo apretujaba ligeramente, de forma que Sasuke se encontró hundiendo su rostro en el hombro del otro muchacho.

Bottom - SasuNaruSasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora