(12) Temor

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    El domingo pasó más rápido que el sábado, porque Naruto pudo pasársela jugando con los perros de Kakashi casi todo el día.

    Resultó ser que los estaba cuidando el novio de Kakashi, Gai. El mismo hombre con quien se había ido de vacaciones la semana anterior. A Naruto le cayó muy bien. Resultó que era el mismo tipo que le daba clases de artes marciales a Lee. No era exactamente un profesor, sino un aficionado al que de alguna forma le dieron permiso de abrir un club en su escuela.

    Resulta ser que Sasuke también había entrenado con él, en ocasiones. Eso explicaba por qué él y Lee estaban practicando, aquella vez.

    Gai hablaba apasionadamente del poder de la juventud y de la importancia de vivir en el momento y dar todo de uno mismo. Naruto realmente concordaba con su visión. Pero a veces parecía exagerado. En serio tenía que esforzarse tanto en... lavar los platos después de comer? Piedra, papel o tijeras?

    No dejó que le importase mucho, porque pudo pasársela jugando con Pakkun y los otros perros. Buru seguía siendo una fuerza de la naturaleza, y Naruto había descubierto los poderes sobrenaturales de Kakashi, al ver que el enorme bulldog hacía todo lo que le decía.

   Durante toda la mañana, Sasuke se la pasó encerrado en su habitación escuchando música, como el emo que era. Naruto trató de no pensar mucho en él, aunque de vez en cuando su mente lo traicionaba, y tenía que sacudir la cabeza fuertemente, tratando de dejar de pensar en... lo que sucedió ayer.

    Aún sentía su corazón palpitar, pero no con emoción, sino con... temor. Temor a lo que eso significaba.

   — Naruto! Gai y yo saldremos a comprar comida, para el almuerzo. Originalmente sólo iríamos para eso, pero resulta que estamos un vacíos de lo que pensaba, y no tendré tiempo en la semana. Podrías prometerme que Sasuke y tú no se meterán en problemas mientras tanto?

   Naruto notó casi de inmediato el tono ligeramente agudizado del adulto, tratando de sonar más dulce, lo cual simplemente lo hacía sonar irritnte. El adolescente suspiró, dejando que Pakkun se alejara a jugar con el resto de los perros.

   — Pues... lo intentaré, de veras, pero...

   — Eh? No extrañas tener la libertad de salir con tus amigos? —comentó Kakashi, con una expresión de decepción que lo hizo sentirse culpable y enojado al mismo tiempo.

   Cómo se atrevía a chantajearlo de esa forma?

    — Está bien, lo prometo!
    — Genial! —declaró, con un tono de emoción que no le quedaba a un hombre de casi 30 años.— Gai, apresúrate~!

   Una vez que los dos adultos se fueron, Naruto decidió entrar por un rato, sintiendo el sol de mediodía empezar a azotar sobre su ya bronceada piel.

    Desgraciadamente, a Sasuke se le había ocurrido bajar a la sala, echándose en uno de los sillones como si fuese una cama, recostando su cabeza sobre uno de los posa brazos, y colgando sus piernas sobre el otro.

    — Oye, qué estás haciendo aquí?! —le reclamó el rubio, señalando como si hubiese cometido una ofensa legal.

    — Está es mi casa. Puedo ir a donde se me antoje, idiota. —respondió Sasuke, sin molestarse en levantar la mirada hacia él.

Naruto arrugó el entrecejo y soltó un gruñido al fondo de su garganta, en una mezcla de irritación a la verdad en sus palabras y el tono en que el otro muchacho las decía.

— Qué? Tienes algún problema, de nuevo? —reprochó Sasuke, su tono claramente tentador. Volteó la cabeza en su dirección, con una mirada desafiante.

Bottom - SasuNaruSasuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora