Cuenta Cuentos De Raven

Penumbra

Cuando la sangre comenzó a derramarse por las calles, ya era demasiado tarde. El mundo estaba en ruinas, las personas se enfrentaban entre sí, y los Titanes se encontraban perdidos en el caos que ellos mismos habían contribuido a desatar. Todo parecía ser culpa de ella, de Raven.

Raven, antes una Titán, ahora convertida en villana, se hallaba en su trono hecho de calaveras, emanando elegancia y maldad. Su piel enrojecida, su largo cabello blanco, y sus uñas afiladas como garras reflejaban la oscura transformación que había sufrido, pareciendo hablar de su ascendencia demoníaca, de su padre, Trigon, el imponente y todopoderoso rey del inframundo, que ahora se encontraba arrodillado ante su "querida" hija.

Con una mirada cargada de odio y tensión en el aire, Raven se levantó frente a su progenitor.

"Padre", comenzó con voz gélida, caminando alrededor de él, "alguna vez te imaginaste este momento. ¿Nunca llegaste a visualizarme gobernando el mundo, segando vidas? ¿Alguna vez en tu miserable existencia como demonio concebiste que te arrebataría el trono?" Su voz resonó en la estancia, acrecentando la hostilidad entre ambos.

"Siempre serás una decepción para mi linaje, hija de una humana, siempre serás débil", respondió Trigon con frialdad, su mirada desafiante.

Raven, con una risa sarcástica, recordó la historia de su madre, una humana ingenua cuyo destino estaba sellado desde aquel ritual oscuro. "Mi madre, una humana tonta arrastrada por un culto, ajena a su fatídico destino. Igual que el mío, igual que el tuyo", declaró con desdén, mientras el fuego cobraba vida en sus manos y una sonrisa malévola se formaba en sus labios.

En un instante, el conquistador del mundo fue reducido a cenizas, y los gritos desgarradores resonaron en la sala, testigos de la desaparición de aquel que una vez se creía invencible.

Minutos después las puertas de la gran sala se abren, Raven aún parada frente a las cenizas de su padre mostrando una sonrisa de satisfacción absoluta.

-mi reina dijo el demonio que acababa de entrar mientras asía una reverencia encontramos a uno de los Titanes sobrevivientes
-quién su voz neutra y sin sentimientos aria temblar a la misma muerte quien es esta vez Argenta, Más, Menos, Jinx cruzó sus manos en la espalda esperando respuesta, se giró hasta su trono y emprendió su caminar pero antes de que pudiera tan siquiera dar dos pasos más asía su trono el demonio contestóa su pregunta
- Chico Bestia
- Chico tomo aire mientras sentía como su pecho se comprimia y se relajaba Bestia
-así es mi señora, ya nos estamos encargando de él, recibirá la peor tortura de todas y luego, como los otros, extraeremos sus huesos para vuestro trono

Raven sentía su corazón latir con furia, con dolor, observó la cabecera del trono de huesos, y ahí, en lo más alto de el espaldar relucientes tres cráneos resaltaban dos de ellos parecían normales y el último tenia parte de metal ya oxidado. En medio de los tres un espacio, espacio que nunca espero llenar para aquel de los 4 que se había logrado escapar.

-le aseguró que prosiguió el demonio hasta que las puertas se cerraron bruscamente a sus espaldas

Los gritos de horror salían de cada habitación, la sangre se deslizaba por debajo de varias puertas. Lo que antes era el hogar de un equipo de jóvenes superhéroes ahora se había convertido en un santuario de dolor y muerte.

Cada pasillo un recuerdo de aquella época, cada grito un recordatorio de lo que es y será ahora y para siempre.

Pero ¿por qué a de sentir aún esto? ¿Por qué su pecho a de ponerse de esa forma con solo pensar en su nombre?

*vete,huye mientras puedas*

Esas palabras resonaban en su mente una y otra vez mientras caminaba con desesperación asía aquel cuarto.

¿Por qué? ¿Por qué regresaste Garfield?

Su mente era un completo desastre. Sus pensamientos y unos sentimientos que creyó enterados para siempre la atormentaban.

Al fin llego a donde deseaba, se tomó un momento para abrir la puerta y con autoridad dar la orden de dejarla a solas con el prisionero.

Dagas clavadas en las palmas de más manos y en los pies, una sangrante y profunda herida en el abdomen y barios cortes por la cara y las extremidades.

El verde brillante de su piel había desaparecido y en su lugar había quedado un verde pálido enfermizo.

Con pasos lentos y firmes se acercó al cuerpo inmóvil de su "ex amigo" y compañero de equipo con la falsa esperanza de conseguir las respuestas que su corazón nesecitaba en ese momento.

Levanto el rostro del chico colocando dos dedos en su barbilla, con delicadeza lo miró. Parecía tan pacifico, tan tranquilo que le transmitía calma. Se veía tan, tan muerto.

Su sonrisa se boro, su piel roja se aclaro y poco a poco volvió a ser la pálida de siempre, su cabello tomó el color violeta que tanto lo caracterizaba, sus uñas se contageron y ya no parecían garras, ya no era la imagen de Trigon, era ella, era Raven.

Sus pies cedieron,sus manos y rodillas sobre un charco de sangre. Sus ojos lloraban, sus gritos ocultos en su interior luchaban por salir a la luz, por ser escuchados.

Perdió. Perdió la batalla y se dejó escuchar. Ninguna víctima de los demonios había gritado tan desgarradoramente como ella. Ninguna había sentido tanto dolor como el que estaba sintiendo ella.

*¿Por qué? ¿Por qué? ¿ Por qué?*

Se repetía una y otra ves entre esas paredes. Comenzó a golpear desesperadamente el suelo buscando una forma de sacar todo su enojo.

¿Pero? ¿Enojo con quien?

Quizás con los demonios por avergonzada asesinado. No ellos solo seguían sus órdenes.

Enojo con él por ser tan idiota como para regresar y dejarse encontrar. No, tampoco está a enojada por eso. Ella lo conocía y sabía a la perfección que tarde o temprano esto pasaría.

Entonces ¿con quien estaba enojada?

Con ella, estaba enojada con ella misma, ella fue la causante de todo ese dolor, ella causó su muerte, ella asesino al amor de su vida.

Fin