Jiang Cheng había hecho diaria su visita para darle de comer a los demás. Por alguna razón el estúpido emperador no había venido a verlo desde que llego y al final opto por hacer lo que queria. ¿No me pones reglas? Entonces sigamos, de todas formas si ese estúpido quería poner alguna, obviamente, la rompería.
- Maestro, no se olvide de tomar su medicina, ayer no habló en todo el día, porque olvidó tomarla - Luan Bai lo detuvo al ver que de nuevo queria ir a los barrios bajos. Corría lleno de vida hacia alli, Luan Bai lo encontraba tranquilizador.
Este joven sin duda podía brillar al estar sin ninguna atadura. Hasta sientio que había rejuvenecido más al mirarlo a la cara.
-¡Esta bien!- Jiang Cheng tomó el vaso extendido en la bandeja y se lo tragó a fondo blanco, poniendo una cara amarga al terminar.- Que horror.
- Un horror que me hace escuchar su voz, Maestro - replico Luan Bai, sabiendo que si era por él no había problema de no hablar. Su rostro era tan expresivo que Luan Bai podía saber lo que quiere con un ligero cambio de expresión.
Jiang Cheng blanqueo los ojos saliendo del pabellón. Al final llegó a las zonas bajas y todos parecían estar hablando.
-¿Que ocurre?- pregunto al ver los rostros angustiados de los aldeanos.
- Lo que sucede, pequeña flor es que pronto sera la caceria de bestias anual y algunos tendremos que inscribirnos para participar - mencionó un hombre con un suspiro cansado.
-¿Y no pueden decir que no?- cuestiono Jiang Cheng, aunque el sobrenombre aun lo incomodaba. " Pequeña flor" ese es su alias muy a pesar de que todos saben que es hombre. Es por su estatura.
La falta de calcio de este joven cuerpo enfermo le esta cobrando factura, pues a pesar de creer ser alto, la estatura promedio de un hombre de aquí era de 1.85 a 1.94 en hombres y 1.78 a 1.90 en mujeres. Jiang Cheng media unos miseros 1.79 y nadie ha podido igualarlo desde que llegó.
Grita forastero desde lejos. Pero a estos pueblerinos les encanta lo bajo y suave que parece, porque no van a mentir, a veces si benefactor está tan pálido como un muerto y lo miran con cuidado.
Sin embargo, no pueden decir lo mismo por su feroz actitud. La ultima vez un noble había querido pasar por aquí y les grito a algunos, y Jiang Cheng les tiro una sartén en la cabeza.
- ¡Atrevete!- exclamó movido por la ira. Despues de esto, Jiang Cheng se entero que todos los habitantes del pueblo habían recibido educación militar y las cosas suelen resolverse con duelos.
Era un buen método para Jiang Cheng y sin embargo, cuando propuso que él se encargaría de todos los nobles que intentaran intimidarlos, rapidamente fue aplacado por consolaciones.
"La pequeña flor es muy determinada, pero pelear es solo para barbaros", "Hazle caso a los tios, la violencia no resuleve nada"
Al sentirse subestimado Jiang Cheng se quejó en el corazón, las clases de Muay thai y Karate no le salieron baratas en su otra vida. Desde entonces se dijo que si se diera la oportunidad les mostraría de que es capaz.
- Las cazas estan formadas por 300 guardias y 200 habitantes, generalmente llevan a quienes tienes mejores aptitudes y desgraciadamente nosotros somos los indicados - el hombre mostró sus músculos en frente de Jiang Cheng y él puso una cara fea que hizo reir a todos.
- No te alteres, pequeña flor, no podríamos presumir si no es verdad, todos nosotros tenemos buenas aptitudes - dijo una mujer. - Por eso tenemos los terrenos del campo norte, antes de que las bestias se avivaran más para robar nuestros cultivos, nosotros mismos nos encargabamos. Simplemente que estos 5 años a sido difícil.
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En busca de mi felicidad
RandomJiang Cheng era un hombre exitoso de el XXI, jefe de un imperio empresario muy grande, sin embargo fue asesinado por esa razon. Antes de su muerte sufrio de todo tipo de torturas y pidio ayuda al hombre que solo se quedaba viendo todo lo que le hac...