Bailar

236 40 20
                                    

El pabellón Estrella que siempre estaba silencioso, ahora se llenaba nuevamente de gente despues de la muerte de su antigua señora y eso era nada mas y nada menos, que por causa de Jiang Cheng.

La puerta estaba abierta y los soldados que Liu Qingge había mandado para cuidar al Jiang, podían ver a "su señora" sentada en la cama. La luz tenue se filtraba por las cortinas resaltando los rasgos finos de su rostro y su piel palida a causa de la enfermedad. Sus ojos, normalmente afilados y llenos de determinación, ahora reflejaban una mezcla de aburrimiento y frustración.

Era algo digno de admirar, sin embargo había un pequeño problema que impedía que el aire armonioso de estos dos últimos días, este presente hoy.

El emperador había venido a ver a Jiang Cheng. Despues de mandar regalos para disculparse y ser rechazado, Liu Qingge había venido a ver a Jiang Cheng.

El aire estaba cargado de tensión. Jiang Cheng, siempre orgulloso y terco, no soportaba la soledad impuesta. Sus ojos mostraban indiferencia ante los regalos en sus pies, parecía tener un aspecto arrogante y desdeñoso que haría que culquiera evite relacionarse con él, sin embargo, pese a ello, Liu Qingge permanecía imperturbable en el umbral. Su mirada, se clavaba en Jiang Cheng, quien, a pesar de su aspecto frágil, no cedía ante la enfermedad ni la restricción.

Jiang Cheng tenía una capa de sudor en su frente que lo hacia enfadar hasta escupir sangre. Tan solo se había levantado nueve veces y no podía hacer nada para sacar a Liu Qingge de su habitación.

- Son telas - explicó Liu Qingge - Te gusta hacer diseños.

Efectivamente, el Liu tenía razón, pero Jiang Cheng no quería estar encerrado

- No se permiten visitas, por favor retírese - dijo Jiang Cheng, había sido tratado mal ¿Por que debería perdonarlo por regalos?

-¿Quieres que te quite todo?- Jiang Cheng dirigió sus ojos a los del Liu y una sonrisa surco sus labios al verlo molesto por fin.

-¿Me va a quitar todo? Entonces también quíteme el titulo de emperatriz y esposa, no me negaré. Después de todo, usted demuestra que ese titulo esta de adorno. - Habían vuelto al principio y Jiang Cheng lo aprovechaba para que el contrario fuera a ver a Shen Yuan. Creía con firmeza que haría que su corazón lo miré de una forma más tranquila, sin pensar en el amor.

Al final el Liu no dijo nada, pero empezó a caminar por el patio con una muy mala expresión. Jiang Cheng lo encontró divertido, lo había puesto inquieto al no pedir su favor nuevamente, tal vez creyendo que Jiang Cheng se iba a acostumbrar a la comodidad y no iba a dejarlo.

Simplemente había sido iluso, Jiang Cheng sabra apañarselas si se va a algún lugar.

-"Anfitrión su esposo parece enojado"- dijo el sistema y Jiang Cheng se encogió de hombros

- Pues que lo este, yo también lo estoy - dijo Jiang Cheng y al final, llegó a sus oidos el ruido de la puerta.

Fue tan rápido que Jiang Cheng sintió una pequeña cabecita en su regazo y vio sorprendido a Jingyi.

El rostro de Jiang Cheng se ilumino con una sonrisa al ver al niño y acarició su cabeza - Me asustaste...¿Ahora te haz vuelto rapido?- pregunto Jiang Cheng

- Intente entrar ayer y no podía, ahora utilice un pergamino para abrir la puerta - explicó Jingyi sacando el pequeño papel de sus ropas.

Jiang Cheng que lo había alzado en su regazo miró el papel con interes, sin embargo antes de poder agarrarlo el Liu lo tomó.

- ¿Quien te lo dio?- la pregunta del Liu fue fría, sin embargo Jiang Cheng lo interrumpió.

- ¿Quieres comer conmigo?- cuestiono el Jiang y se levantó para irse a la cocina.

En busca de mi felicidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora