Apenas está amaneciendo con los primeros rayos de sol. Sapnap parece que lleva despierto un buen rato ya que no deja de hacer ruido con su skate haciendo trucos sin parar.
George y Dream también están despiertos, solo que ellos siguen abrazados y susurrando cosas el uno al otro.
Karl trata de acercarse a la parejita, ya que no le gusta estar solo.
—¿De qué hablan? —les pregunta Karl.
—Dream está intentando calentarme —dice George mediante una risita—. Es un cochino.
—Es que hace frío, amor —Dream mete sus manos bajo la sudadera de George y le hace cosquillas—. No creo poder aguantar mucho más tiempo aquí.
—¿Desde que hora lleva despierto? —pregunta Karl que estaba más atento en Sapnap que la conversación de la parejita.
—Ni idea. Cuando desperté él ya estaba así —responde Dream—. Está entrando en la locura. Todos estos días no lo he visto dormir casi nada.
—Debe estar muy alerta como para poder dormir. Este parque es su vida.
—¿Por qué forman parte de los Kool Kids?
—Porque es como una élite donde solo entran los mejores, te ganas el respeto de todos y es divertido.
—¿Y si se acabara eso, seguirían siendo amigos de Sapnap?
La parejita se mira entre sí con una mueca de disgusto.
—No lo sé... —es George quien responde— Nunca fuimos realmente amigos con Sapnap, somos más que todo compañeros, pero estoy seguro que Sam si es más que su amigo.
La parejita se ríe y lo deja confundido a Karl. ¿A qué se referían con qué Sam era más que su amigo?
—¿A qué te refieres?
—¿No te has dado cuenta que son muy cercanos? Siempre paran juntos, Sam es el co-líder de los Kool Kids, puesto que le dio el mismísimo Sapnap.
—Tal vez solo son buenos amigos.
—Lo son —interrumpe Dream—, pero eso no quita el hecho que hayan hecho cosas juntos. En esa fiesta me di cuenta de porqué Sapnap decía que los Kool Kids solo cogen con los Kool Kids.
—¿Sapnap es gay?
Dream se encoge de hombros.
—Solo los vi haciéndolo esa vez, pero no me sorprendería que lo fuera.
Karl se le queda mirando a Sapnap. Por un momento Sapnap también lo mira a él, pero quita su mirada inmediatamente.
—No parece.
—Claro que no parece un gay estereotipado, pero no me sorprendería que sea un gay frustrado que está enojado con el mundo porque no encuentra pareja.
—Es atractivo —confiesa Karl.
—¿Te gusta? —George sonríe emocionado. Estaba feliz por hacer el papel de cupido.
—No lo sé. Últimamente se ha mostrado más sincero conmigo, aunque otras veces sigue siendo muy distante. Y saber que confía un poquito en mí hace que me sienta... bien con él.
—Tal vez le gustas —menciona Dream—. Sería bien gracioso si fuera así.
—¿Por qué?
—Porque Sapnap aborrece la idea de que seas un chico de ciudad y por eso te trata mal la mayoría del tiempo. Dale tiempo y te darás cuenta que lo tienes comiendo de la mano.
Karl suspira. Realmente no sabía si tenía algún interés romántico en Sapnap. Era curiosa la forma en que lo hacía sentir, ¿pero era aquello realmente un enamoramiento o simplemente quería ser como él?
Con el pasar de los días cada vez eran menos los chicos que quedaban en el parque. Para ese entonces solo quedaban Dream, George, Callahan, Sam, Sapnap y Karl. Karl era el único que salía del parque con la excusa de ir por comida solo para ir a su casa para que sus padres no sospecharan nada y luego regresaba al parque con comida para todos los que quedaban.
Durante esos días se fijó en la cercanía que tenía Sam y Sapnap. Desde su punto de vista no eran más que buenos amigos que les gustaba pasar tiempo juntos, bromear y hacer competencias tontas como quien puede dar una vuelta al parque más rápido.
Lo cierto es que no todo era tan feliz. Últimamente varias personas pasaban por la zona y se les quedaban mirando, Karl intentaba ocultar su rostro con la capucha por el miedo de ser reconocido, pero cuando no había nadie que lo observará simplemente intentaba practicar el mayor tiempo posible.
Callahan fue el primero de los seis en marcharse, según Sapnap fue porque no podía permitirse ser expulsado del instituto.
Luego se fueron Dream y George, con la excusa de que las noches eran demasiado frías e imposible de soportar, pero de todas formas iban cada tarde a pasar el rato.
Karl creyó que solo quedarían ellos tres, pero Sam se fracturó la muñeca mientras hacía una maniobra y tuvo que irse de urgencias al hospital, así que esa noche se quedaron solo ellos dos.
—...Me importa una mierda —Sapnap estaba en medio de una llamada—. No es un niño, puede defenderse a sí mismo. Si es tan inteligente sabrá cómo hacerlo.
Se le escuchaba realmente molesto. Karl intentó aparentar que ni escuchaba nada, pero Sapnap gritaba tan fuerte que era imposible no escucharlo.
—¡¡No!! ¡¡Solo váyanse a la mierda!! ¡¡Estoy viviendo mi vida!!
Sapnap cuelga la llamada y mete su celular a su bolsillo. Por alguna razón que desconoce lo ve sonreír realmente contento y se recuesta en medio de la rampa.
—¡Qué gran día de mierda! —grita contento— Karl, ven para acá.
El nombrado duda por un momento, pero termina acercándose a él.
—Mierda. Nunca creí que serías el último idiota en quedarte aquí. Es tan miserable.
—¿Por qué? —Karl se recuesta a su lado, a una distancia prudente de él.
—Eres al que menos conozco de todos esos imbéciles y estás acá. Ni siquiera eres parte de los Kool Kids y no eres muy bueno en esto. ¿De verdad, qué haces aquí?
—Luchando por un sueño.
Sapnap suelta una sonora y larga carcajada.
—Eres estúpidamente gracioso. Mierda —Sapnap rápidamente limpia una lágrima que apenas empezaba a salir—. Tal vez debería centrarme en mis estudios en vez de perder el tiempo en una causa perdida o incluso buscar un trabajo no me vendría mal.
—No digas eso. No es una causa perdida.
—No podemos estar aquí por siempre. Algún día tendremos que salir y cuando volvamos será un maldito edificio lleno de oficinas.
Sapnap se pone de costado para mirar fijamente a Karl.
—Es por esto que odio la ciudad. Siempre intentan hacer estas cosas para supuestamente progresar y el pasado queda abandonado como si nunca hubiera existido.
Karl se queda callado sin saber qué decir pero también se voltea de costado para quedar cara a cara con Sapnap.
Ahora que lo tiene tan cerca puede fijarse en lo hermosos que son sus ojos con ese verde esmeralda. Sapnap le sonríe y Karl le sonríe de vuelta.
—Sí algún día termino en el olvido, al menos quiero que recuerdes que eres el chico más jodidamente lindo que he visto en mi vida —le dice Sapnap, antes de ponerse de pie e irse hasta el otro lado del parque con su skate a seguir practicando.
ESTÁS LEYENDO
Kool Kids [Karlnap]
Teen FictionEn el Estado de Texas, Karl y su familia llegan en busca de un nuevo comienzo. Pronto, Karl se sumerge en la cultura del skate y escucha acerca de los "Kool Kids", un legendario grupo de skaters, del que es líder Sapnap. Su determinación por unirse...