Capítulo 17

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Karl escucha dos suaves toques en la ventana y corre hacia allá. Ahí estaba Sapnap con una sonrisa incómoda.

—Pasa. No hagas mucho ruido —dice a la vez que le abre la ventana.

Sapnap obedece y cruza la ventana para llegar al interior de la habitación. La habitación de Karl es muy diferente a la suya. Todo está en perfecto estado y bien ordenado. Las paredes no tienen grietas e incluso están pintadas. Además, toda está perfectamente iluminado. Así que eso era tener una buena calidad de vida.

—No tengo otra cama, así que espero que no te moleste dormir conmigo.

—No tengo ningún problema. ¿Tienes ducha? Obvio que tienes ducha. ¿Puedo bañarme?

—Sí, no creo que mis padres se den cuenta. Deben estar durmiendo. Esa puerta de allí es mi baño.

—¿Tienes baño propio? —pregunta con sorpresa— Perdón. Estoy acostumbrado a compartir el mismo baño con todos.

—No te preocupes. Supongo que nunca me he dado cuenta de lo privilegiado que soy.

Sapnap camina hacia el baño aún incómodo sin saber la razón y se encierra en el baño.

Cuando sale de bañarse se encuentra con Karl dormido en su cama. Se le queda un rato viendo. ¿Cómo es que alguien podría ser tan lindo incluso durmiendo? ¿Cómo es que Karl se veía tan tranquilo después de todo? ¿Y por qué su corazón se aceleraba cada vez que lo miraba? Las tres preguntas se respondían de forma simple, "porque es Karl".

¿Por qué me miras tanto? —Karl sonríe con los ojos cerrados y luego los abre.

—No te estaba mirando.

—Me sentía observado y no hay nadie más aquí.

—Bueno, puede que si te haya estado observando un poco.

—Claro.

Sapnap se recuesta en la cama dándole la espalda a Karl.

—Pensé que estabas durmiendo —admite Sapnap.

—Lo estaba intentando, pero no puedo. Estoy un poco preocupado por... todo. Mis padres me van a inscribir a otro instituto mañana y supongo que ya no podré verlos.

—De todas formas no nos ibas a ver. Estamos todos expulsados.

—Tienes razón... De todas formas estoy preocupado. Tengo miedo de no tener amigos en mi nuevo instituto o que se burlen de mí. No quiero que esta sea la última noche que te vea. Quiero volver unas semanas atrás donde mi única preocupación era formar parte de los Kool Kids.

—¿Tú crees que esta será la última vez que nos vayamos a ver?

—Eso creo. Mis padres creen que ustedes son mala influencia para mí. Les mentí para pasar tiempo con ustedes y les dije que tenía clases de piano. Tratan de mostrar que no están enojados, pero sé que lo están. Supongo que podría ser peor. Me estoy quejando por una tontería mientras que tú estás aquí porque tu familia es una mierda.

—No deberías minimizar tus problemas solo porque los míos parezcan peores.

—¿Estás bien, Sapnap? Sé sincero.

—Estoy mejor ahora sin ellos que cuando tenía que aguantarlos. Solo tengo que buscar un trabajo y estaré bien.

—Todos te han juzgado mal. No eres un mal chico.

—Sí lo soy. No soy bueno como tú, pero supongo que es familia ser una mierda. Estoy intentando mejorar.

Sapnap se da la vuelta y se encuentra con los ojos de Karl.

—Quiero ser alguien que merezcas y no alguien que solo te traiga problemas o te trate mal. Mereces muchas cosas buenas y lamento que no pueda dártelas, pero estoy enamorado de ti y no puedo evitar volverme loco cada vez que te miro e imagino lo feliz que sería a tu lado.

Karl se queda sin palabras. No sabe qué decir o qué hacer. No lo va a volver a ver jamás. No tienen ni siquiera el tiempo para estar en una relación. Son personas completamente distintas que van a caminos distintos, pero eso no evita que Karl sienta lo mismo por él. Porque Sapnap se puede haber comportado como un idiota, pero también fue el primer chico que puso su mundo de cabeza y que lo motivó a luchar por sus metas. Sapnap tal vez no sea perfecto, pero aún así siente algo por él.

—Si esta es nuestra última noche juntos creo que al menos deberíamos ser sinceros con nuestros sentimientos. Así que sí, tú también me gustas —responde Karl con una sonrisa y Sapnap le da una de vuelta.

Sapnap estira su mano para acariciar el cabello de Karl y luego la baja hasta su oreja, pasa por su barbilla y la acerca hacia sí hasta tocar sus labios con los suyos. Se quedan quietos sintiendo la respiración del otro hasta que se separan.

—Es mi primer beso —dice Karl.

—Me alegro que haya sido conmigo.

—Yo también. Hay que hacerlo otra vez.

Esta vez se dan un beso más largo, pero de todas formas inocente y tierno.

—Ojalá esta noche fuera eterna —murmura Karl.

—Me siento satisfecho con tenerte esta noche. Muchas gracias por hacerme feliz.

Ambos se quedan dormidos después de eso. Al menos por una vez tendrían una noche feliz.

...

A la mañana siguiente Karl despierta sintiendo un frío vacío al lado suyo. Cuando se da la vuelta se da cuenta que Sapnap ya no está ahí y que la ventana está abierta.

Nuevamente tocaba volver a la realidad, empezar de cero y olvidar que alguna vez lo amó.


Kool Kids [Karlnap]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora