Capítulo 15

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Sapnap no quiere creerlo. No quiere creer que Karl sabía de todo eso desde hace tiempo y nunca les dijo nada. ¿Y si Karl quería unirse a ellos para arruinarlo todo? ¿Y si Karl había estado ahí solo para beneficio suyo y nunca le importó aprender sobre skate?

No quiere creerlo. ¿Por qué Karl haría eso? Él no era ese tipo de persona. Ya le había ocultado una cosa, ¿por qué no ocultarle más? ¿Quién era Karl?

—Entonces vete —murmura Sapnap—. ¡Vete con tus estúpidos padres¡ ¡Ve a destruir no solo este parque, sino el sueño de todos! Pensé que eras diferente, Karl.

—Sapnap, yo no estoy del lado de mis padres. Estoy contigo en esto. Aunque sea lo último que haga aquí, aunque sea la última vez que te vea, defenderé el parque para que tú y el resto sean felices, aunque me tenga que despedir de todos.

—¿Te irás?

—Si mis padres no cumplen su trabajo acá, tendré que regresar a mi antigua ciudad.

—Pero aquí están tus únicos amigos, tú eres feliz aquí, Karl. No te puedes ir y perder todo por lo que peleaste.

—Tú tampoco.

Karl le dedica una linda sonrisa y una pequeña lágrima escapa por su mejilla.

Después de todo lo que había hecho para odiar a Karl, este nunca parecía haberlo odiado. Seguía ahí, a pesar de que perdería todo lo que algún día tuvo.

Pero Sapnap no lo odiaba, él lo amaba. Como último acto de amor se soltó de las rejas, dejando que uno de los policías se lo lleve.

—¿¡Sapnap, qué haces!? —grita Karl, desesperado.

—Solo suéltate.

—¡Van a demoler el parque!

—Pero tú te quedarás.

—¡Solo por algunos meses más, no vale la pena que dejen demoler el parque!

—No me importa. Un mes contigo es lo único que necesito para ser feliz toda mi vida, Karl.

Karl también se suelta y deja que el policía lo lleve también. Ve la decepción en la mirada de sus padres, una mirada que nunca pensó ver sobre él. Había trabajado años por ser el hijo perfecto y ahora no estaba lejos de serlo.

Los meten al auto de patrulla y se quedan sentados ahí en silencio.

Aquel silencio se rompe cuando escucha a Sapnap sollozar. Trata de limpiar sus lágrimas lo más rápido que puede, pero de todas formas es demasiado obvio que está llorando.

Karl se acerca a él y lo abraza. Había dejado su todo, lo había abandonado con tal de tenerlo a él. ¿Qué tan grande podía ser el amor de alguien para dejar lo que más te hace feliz por una persona?

—Los llevaremos a la estación de policías hasta que sus padres vengan a buscarlos —les avisa uno de los oficiales.

—¿Y si mis padres no vienen a buscarme? —pregunta Sapnap con la voz rota.

Nadie le da una respuesta.

El viaje hasta la comisaría es silencioso. Cuando llegan ahí están los demás chicos que estaban con ellos en el parque también.

Poco a poco los padres van a recoger a sus hijos hasta que solo quedan ellos dos.

—¿Y qué harás ahora? —le pregunta Karl.

—No lo sé. ¿Ser un chico normal? Asistir a clases, terminar de estudiar y buscar un trabajo como todos. O tal vez solo busque un trabajo. No lo sé. ¿Alguna vez has sentido ese gran vacío que te hace darte cuenta que no eres bueno en nada realmente?

—Eres muy bueno con el skate.

—Pero ya no lo tengo. Ya no soy nadie, Karl.

—Claro que eres alguien, eres Sapnap, el líder de los Kool Kids.

—Los Kool Kids dejarán de existir. ¿Quién querrá estar en un grupo de skate que no hace nada? Además, los Kool Kids algún día dejarán de ser Kids y ya nadie será parte de esto. No sé cómo antes pensaba que podría dedicarme a esto —tira su cabeza hacia atrás—. Creo que olvidé el hecho que algún día iba a crecer.

—Crecer dejó de parecer divertido con el tiempo.

Ambos se quedan en silencio.

Ya se ha hecho de noche. Ambos están hambrientos, en especial Sapnap. Lleva semanas sin ir a casa, pero sus padres nunca lo buscaron, nunca se preocuparon por él. Se pregunta si alguna vez les importó, si es que era amado antes de que Callahan naciera, pero sus recuerdos de infancia son borrosos, como si jamás hubiera existido.

—¿Eres feliz siendo hijo único?

—A veces. Tienes toda la atención para ti solo, aunque a veces eso también es malo. Sientes toda la presión sobre ti. Tus padres esperan que tengas un buen futuro, por lo que debes preocuparte en hacer bien las cosas y no distraerte en cosas que no valen la pena. Y siempre esperan que seas mejores que ellos. Es cansado ser hijo único, pero también es... lindo. ¿Te gustaría serlo?

—Ahora que lo dices creo que sería mucha presión para mí. Amo la libertad que tengo y poder decidir lo que quiero hacer con mi futuro, aunque ahora no sé qué haré. Solo que a veces me gustaría importarles un poco.

—Seguro que sí les importas.

—No lo creo.

De repente se escuchan pasos cerca y aparecen los padres de Karl con uno de los oficiales.

—Vamos, Karl. Tenemos que hablar en casa.

Karl mira a Sapnap que simplemente aceptó que nadie vendrá a buscarlo.

—¿Podemos esperar a que vengan sus padres?

—No van a venir —responde Sapnap inmediatamente—. No te preocupes por mí.

Pero justo en ese momento aparece Callahan con sus padres.

Sapnap se les queda viendo, incrédulo.

—¿Qué hacen ustedes aquí?

—Yo les dije que vinieran por ti —responde Callahan—. Estaban muy preocupados.

—No es necesario que mientas.

Sapnap se levanta de la silla y simplemente sigue a su familia. Karl solo suspira. Ni siquiera le importa en ese momento la regañada que le van a dar sus padres, lo único que le importa es Sapnap. Se siente mal por él. Hasta el ser más cruel merecía una pizca de amor.





Kool Kids [Karlnap]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora