Veinte

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Julián llevaba un par de días dándole vueltas a la idea de hablar con Phil, por lo que el momento en el que los dos quedaron solos para recoger las cosas de entrenamiento parecía un mensaje del Universo para que siguiera adelante con su plan.

El resto del equipo se había retirado para darse una ducha antes del almuerzo. Después todos comenzarían con sus rutinas pre-partido y el resto del día se fundiría en el caos habitual. Julián, de hecho, sentía una linda adrenalina al pensarlo ya que Pep le había confirmado que iba a jugar de titular.

Phil lo llamó con un grito del otro lado de la cancha para que lo ayudara con unos conitos color flúor que habían quedado olvidados. Juli se acercó aún pensando en si debería hablar con Phil sobre el tema de su sexualidad; si acaso ese era el peor lugar en el que podía tener esa charla, o si por el contrario, era la mejor oportunidad que iba a tener a menos que invitara a Phil a su casa para hablar.

Todo esto debió reflejarse en su cara porque, apenas llegó a su lado, Phil lo sostuvo por el brazo y lo giró un poco para que lo mirara.

–¿Estás bien, Juli?

–Yo... –Juli resopló y trató de ordenar sus ideas–. En realidad, tenía ganas de hablar con vos de algo. Pero no sé si ahora...

–¿Qué pasó? ¿Estás bien?

–Sí, a ver... No es nada grave, pero...

En apenas unos segundos Julián intentó armar el principio de la oración de mil formas distintas. Sus ojos vagaban por todo el campo de entrenamiento. Una parte de su cerebro se mantenía alerta por si alguien se acercaba y eso hacía que pensar en lo que tenía que decir fuera todavía más difícil.

Finalmente, volvió a encontrarse con Phil y su sonrisa amable, comprensiva, como si ya supiera lo que le iba a decir. Julián tomó aire, notando que llevaba un rato sin hacerlo, y cerró brevemente los ojos.

–Soy gay.

Abrió los ojos de golpe, buscando la reacción de su amigo. Phil extendió el brazo y se aferró al hombro de Juli. Una media sonrisa se formó en sus labios y Julián notó que él también repasaba sus alrededores. No podría poner en palabras lo mucho que agradeció ese gesto de cuidado hacia él.

–Espero que sepas que conmigo está todo bien, Jules.

Julián sonrió, sintiendo el alivio pasarle por encima como una ola refrescante en un día caluroso de verano. Hasta se le escapó una pequeña risa que Phil imitó. Trató de ordenar el torbellino de ideas que aún tenía en la cabeza y finalmente llegó a algo que le estaba haciendo ruido.

–No estás sorprendido.

Phil se encogió de hombros.

–Honestamente pensé que cuando llevaste a Enzo a cenar esa había sido tu forma de decirme. Lo hablamos con Becca, de hecho.

–Claro, entiendo. –Julián se rascó la nuca de pronto nuevamente nervioso. ¿Cómo carajo hacía para orientar esa conversación ahora? Algo tuvo que notarse en su rostro porque Phil arrugó el ceño y se quedó en silencio como si esperara alguna otra información. Julián suspiró–. Entiendo por qué pensaron lo que pensaron, pero lo cierto es que Enzo y yo solo somos amigos.

–Ah, perdón Juli por asumir...

Hizo un gesto con la mano para interrumpirlo y hasta improvisó una risita irónica.

–No te disculpes. La verdad es que... –Julián miró a los olvidados conos en el suelo y recogió los dos que tenía más cerca para juntar algo de valor. Se los pasó a Phil quien los recibió sin dejar de mirarlo confundido–. A ver, que a mi me gusta Enzo desde hace mucho, pero no es algo que hayamos hablado nunca. Así que entiendo que hayan pensado...

Se parece a este rayo de sol | julián x enzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora