Nueve

1K 113 58
                                    

La calefacción del auto de Licha estaba haciendo su trabajo y Julián apenas podía recordar el frío que lo había atacado apenas traspuso la puerta de la recepción. El sol había comenzado a asomarse lentamente, cambiando el color del cielo de un profundo azul al abanico de rosados, naranjas y celestes que se desplegaba en el parabrisas. Bostezó sin poder ocultar su cansancio, era demasiado temprano para estar despierto un domingo sin partido, pero no pensaba quejarse porque al menos no era él quien estaba manejando.

Lisandro a su lado tarareaba por lo bajo "Caraluna" de Bacilos con los ojos fijos en el camino y no parecía para nada afectado por la hora de la mañana. Juli volvió a bostezar y decidió que iba a empezar con los mates aunque todavía ni siquiera habían salido a la ruta propiamente dicha.

Alcanzó el mate y la yerba que tenía en el bolso entre sus pies y empezó a preparar todo con cuidado de no hacer ningún enchastre. No tomó mucho para que el otro se diera cuenta de lo que estaba haciendo.

–Eh, ¿ya arrancamos con los mates?

–Sí, boludo. Me voy a quedar dormido en cualquier momento si no.

Licha se rio por lo bajo y saltó una canción de la playlist antes de que Juli pudiera identificar cuál era. Por el momento no había tenido quejas con las canciones "para la ruta" que Licha había elegido.

–Si tenés sueño igual no me molesta que te duermas, Juli. Esta parte la puedo hacer tranqui. Te voy a necesitar atento cuando lleguemos a la ciudad.

–Qué miedo que tenga que ser yo el copiloto –bromeó Juli mientras destapaba el termo. Sirvió el agua con mucho cuidado y probó el primer mate para asegurarse de que estaba bien. Sonrió complacido y terminó de tomarlo antes de cebar el siguiente para Licha–. Decime si está bien así o si le pongo más azúcar.

Licha probó el mate, aun totalmente concentrado en el camino y volteó apenas el rostro para sonreírle a Juli.

–Está bien así, no te preocupes. También lo podemos tomar amargo si preferís. –Se quedó en silencio tomando un par más de sorbos–. ¿Le pusiste naranja?

–Sí, cáscaras secas. Y cedrón, estoy aprovechando lo que me traje de Argentina.

–Muy bueno. Yo traje termo también, pero si se nos acaba me dijo Emi que paremos a cargar nafta en Birmingham. Seguro conseguimos algún lugar que nos dé agua caliente ahí.

–Ah pero yo no les hablo –se excusó Juli rápido.

Licha le pasó el mate mientras se reía. Le subió un poquito el volumen a una canción pop en inglés que Juli no supo reconocer y le dedicó una rápida mirada.

–Estás mucho mejor con el inglés vos. No te hagas el que no.

–Ponele –se encogió de hombros y le dio un largo sorbo al mate. El agua estaba todavía bastante caliente y dejó una sensación de ardor en su lengua y garganta, pero de alguna forma era una sensación agradable.

Se quedaron en silencio un buen rato, cantando por lo bajito algunas de las canciones y apenas intercambiando consultas sobre salidas de la carretera. Entre mate y mate, Juli sacó el celu y se puso a ver videos en Instagram, eligiendo alguno que otro chistoso para mandarle a Enzo.

–Che, ¿qué onda después del partido ayer con Pep?

Juli frunció un poco el ceño. El día anterior habían jugado el clásico de Manchester por la Premier y volvieron a perder. Juli, a diferencia de Licha, ni siquiera había tenido la chance de salir a la cancha, pero eso no aminoraba para nada la sensación de fracaso. Era verdad que no había sido una derrota tan terrible como la del Southampton. Al menos esta vez habían dado pelea, pero no se sentía para nada bien tener dos derrotas seguidas. Ni siquiera quería pensar cuándo había sido la última vez que el City había tenido esa racha.

Se parece a este rayo de sol | julián x enzoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora