Moscú. Rusia. Una semana después.
—¡Mi mejor amigo decide visitarme! ¿Qué clase de milagro es este?
Ander dio aplausos mientras caminaba rumbo a la red. Felipe le mostró el dedo del medio.
—Vete al carajo.
Ander lo abrazó con fuerza. Felipe sintió toda la preocupación y el dolor que su amigo estaba sosteniendo.
—Casi me muero, hermano—dijo contra su mejilla—.Si hubiera salido a tiempo contigo ¿Por qué siempre pienso en mí y nada más? Te juro que me he hecho tantas preguntas.
—Estoy bien.—Felipe le respondió el abrazo con la misma intensidad—. Tuve mucho dolor, miedo, tristeza, pero ahora estoy bien, al menos, puedo salir a la calle sin sufrir un ataque de pánico.
Ander que había tenido los ojos cerrados, los abrió. A unos seis metros de dónde estaban, Eric los observaba con su vista de halcón.
—Miren a quién tenemos aquí. —Ander se burló—. No me extrañaría que hayas fingido el secuestro con tal de que apareciera.
—No soy tan psicópata como tú, pero sí, no puedo negar que estoy contento—señaló Felipe.
Ander se humedeció los labios. Recorrió con sus manos la espalda de su amigo, y le apretó una de las nalgas con la mano izquierda. Los ojos verdes de Eric parecían dos dagas afiladas que, de un momento a otro, lo dejarían desangrado. Felipe le golpeó el brazo.
—¿Qué carajo estás haciendo?
—Solo marco mi territorio.
—Pues, para tu información, el territorio que acabas de marcar es propiedad de él.
—¡Ah mierda! —Ander enarcó las cejas—¿Ya estamos formales y todo? —Felipe se encogió de hombros—. Entonces, debo ir y saludar
Ander rodeó la red y dio pasos hacia Eric. El hombre se arregló el saco y se puso de pie. Felipe se quedó en el banco. Iba a dejar su bolso de entrenar y sacar las raquetas. Tenía mucho tiempo de inactividad. El médico le había exigido que no llevara adelante tareas pesadas.
Mirás, su entrenador, le dijo que comenzara caminando en la cancha. Tenía por delante un torneo exhibición y luego Frankfurt. Un torneo en el que Felipe se coronó campeón el año anterior.
Ander se acercó a Eric, se detuvo frente a él, y ladeó la cabeza.
—Tú—Eric estaba serio. Ander dio una risilla—, así que le cuidas el culo a mi amigo. Tendrás trabajo, tiene un culo muy gordo. Mi nombre es Ander Kovac.
—Sé quién eres. Mi nombre es Eric Morgan. Soy custodio de Felipe.
La cara de Eric no traicionaba ni en una mínima expresión. Ander chasqueó la lengua, debía presionar un poco más.
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Breakpoint - Bilogía Matchpoint libro 1 (+18)
Lãng mạn¿Qué estás dispuesto a hacer para mantenerte en el juego? Todos tenemos una adicción, todos necesitamos un aliciente que nos impida volarnos la cabeza con un arma después de perder a todos los seres que amamos. La adicción de Eric Morgan es el sexo...