Moscú, Rusia. Dos días después.
—Lo mejor será que te quedes en casa hasta que todo esto se resuelva.
—Carlos, no puedo ocultarme. Es lo que esos bastardos quieren ¿Qué hay de malo en que me reúna con Ander?
—Ander tendrá que esperar. Es tu amigo y él también corre peligro, de hecho, todos lo hacemos. Hasta que no capturen a los culpables, todos estamos en el ojo de la tormenta. Si no te cuidas tú, piensa en los demás.
Carlos tenía razón. En su desesperación Felipe quería huir. Volver a su vida normal cuando, en realidad, nada de su vida tendría normalidad después de lo ocurrido.
—¿Cómo está tu cara? —preguntó Eric y lo sacó de sus pensamientos lúgubres.
Eric cortaba algunas verduras para hacer una sopa. Felipe sonrió. Era lo único bueno de esa situación, estar encerrado con ese hombre.
—Está bien—replicó Felipe y dio un suspiro.
Estaba en uno de los asientos frente a la isla de la cocina. Eric se desplazaba en la cocina con soltura, como si toda la vida hubiera vivido allí. Era surrealista.
Felipe se tocó las vendas, las magulladuras todavía dolían pese a los analgésicos. El celular de Eric que estaba sobre la isla sonó y de inmediato respondió.
—Grégor—Eric escuchó con tranquilidad—, perfecto. —Cortó la llamada y continuó con su tarea. Luego de un par de minutos de silencio, Eric habló—.Grégor dice que el perímetro está asegurado. Nadie pasará, de todos modos, hay que hacer reformas en este departamento y en el de tu hermana.
—¿Como cuáles?—preguntó Felipe.
Eric sacó dos copas de la alacena, fue al refrigerador y asió una botella de vino blanco. Llenó las copas para ambos.
—Vidrios blindados, de igual modo las puertas. Cualquier proyectil las atravesaría.
—Sería como una cárcel—adujo Felipe—,además no es mucho el tiempo el que paso aquí. Raisha sí, pero yo con los torneos viajo todo el tiempo.
—Cuando estés aquí, debes estar seguro—afirmó Eric—. No voy a discutir contigo acerca de las reformas a implementar porque vamos a hacerlas.
—¿Y mi opinión? ¿Qué hay sobre la idea de que debo tomar mis propias decisiones, y me aguanto las consecuencias?
—No si tu vida está en riesgo.
—Quiero comenzar a entrenar cuanto antes.
—Por Dios, no llevas ni una semana de la cirugía—sostuvo Eric— Tienes la nariz obstruida, apenas puedes respirar y no te has puesto suficiente hielo como te recomendaron.
—Estoy bien con el analgésico.
—Felipe, si quieres recuperarte al cien por ciento debes seguir todas las indicaciones del médico al pie de la letra, todas.
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Breakpoint - Bilogía Matchpoint libro 1 (+18)
Romantizm¿Qué estás dispuesto a hacer para mantenerte en el juego? Todos tenemos una adicción, todos necesitamos un aliciente que nos impida volarnos la cabeza con un arma después de perder a todos los seres que amamos. La adicción de Eric Morgan es el sexo...