Todo cierre de ciclo implica dolor. Toda persona que soltamos nos enseña nuestra fuerza. Nos enseña que siempre podemos salir adelante, incluso en el más cruento de los infiernos.
Felipe miró la urna con las cenizas. Era de color negro, el color preferido de Jorge.
Cuando alguien que amamos muere, parte de sus raíces se secan y es una labor complicada mantener reverdecidas las nuestras. Felipe había sido la más insulsa de las flores, la más triste.
Jorge fue el causante de la muerte de su madre. Tenía como socios a seres despreciables. La pregunta era ¿por qué Felipe estaba llorando? ¿ Por qué le importaba? ¿Por qué le dolía tanto no haberle respondido ninguna llamada de las que le hizo en todo ese tiempo?
La mente es un laberinto tan complejo, con un entramado en el que los seres humanos, a veces, se pierden.
Su cabeza le dijo que había numerosas razones para odiarlo. Su corazón le susurraba que era su padre y que lo protegió cuando su vida estuvo en riesgo. En un riesgo que él mismo lo había puesto al hacer tratos con el diablo.
Raisha y Felipe se sentaron en uno de los bancos del jardín. En el mismo lugar en el que lo hicieron muchas veces cuando el dolor les ganaba, y el recuerdo de su madre se tornaba una tortura. La angustia dolía menos en medio de los rosales y las flores blancas.
Felipe tenía la urna en la mano y no la soltaba.
—¿Qué haces? —preguntó Raisha.
—Estoy esperando.
—¿Qué cosa?
—Que a mi mente venga un recuerdo de él que me llene de alegría.
Raisha tragó saliva. La tarde caía, el sol se escondía entre las nubes, el aroma a humedad y flores llenaba sus sentidos.
—Tu madre se enamoró de un hombre que no sabía cómo amar. Alguien que buscaba tenerla prisionera y manejarla como un títere. —Raisha describió todo lo que había atestiguado a lo largo de los años en esa casa—. Quizás tú lo sufriste menos, pasabas poco tiempo en esta prisión. Los torneos te permitían evadirte de esta realidad. Tenías algo de esperanza.
—Lo lamento.
—No—Raisha se limpió las lágrimas—, no fue tu culpa. Yo le permití hacerme prisionera. Mi madre intentó escapar con alcohol y drogas. Fue tan grande su necesidad que entiendo el motivo por el cual se quitó la vida. Jorge hacía la vida de todos un infierno.
Todo sonaba lógico y entendible, desde un punto de vista racional. El problema era que el corazón no entendía de esas cosas, así como la mente jamás comprendería el agujero en el pecho que ambos tenían.
Felipe dio un suspiro, se aferró a la urna. Se puso de pie y esta vez decidió abrirla.
Desparramó las cenizas en el jardín en medio de los rosales, los mismos que Jorge había despreciado y su madre amó. Entendió que muchas veces no hay recuerdos felices, pero Jorge le había dado la vida a él y a su hermana. A eso se aferraría a partir de ese momento. Iban a luchar por la justicia que Zaria Sharkova se merecía.
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Breakpoint - Bilogía Matchpoint libro 1 (+18)
Romance¿Qué estás dispuesto a hacer para mantenerte en el juego? Todos tenemos una adicción, todos necesitamos un aliciente que nos impida volarnos la cabeza con un arma después de perder a todos los seres que amamos. La adicción de Eric Morgan es el sexo...