Su nuevo departamento le gustaba. Felipe contaba con los recursos económicos para adquirir una mansión con las comodidades y lujos que le placiera, pero no estaba convencido de que eso fuera una gran idea.
«Nadarán en sangre igual que tu madre y tu abuelo muy pronto»
Fue su hermana Raisha quien recibió el mensaje de un teléfono desconocido esta vez. La policía estaba investigando, pero no había certezas acerca del autor del hecho. Felipe dudaba que fuera Jorge quien estaba detrás. Era un hijo de puta, pero ¿hasta dónde sería capaz de llegar? Raisha y Felipe se mantuvieron alejados de él. Carlos le aconsejó que cambiaran de guardaespaldas, y les consiguió dos departamentos en el mismo edificio. Tenían custodia de la policía veinticuatro horas. Jorge quiso intervenir también en su seguridad, incluso habló con Carlos, pero éste le dijo que nada tenía que ver con los chicos ahora.
«Jamás querría que les pasara nada malo. Son mis hijos».
Sus palabras sonaron sinceras, pero Jorge siempre tuvo un gran don para la manipulación, y considerando que la última vez, casi había molido a golpes a Felipe, este prefirió no arriesgarse.
—¿Qué relación tienes con Ruhr?
—Es mi socio
—¿Y qué más?
—No entiendo a dónde vas con esas preguntas.
Felipe agarró su bolso. Debía pasar por la agencia de Carlos antes de ir a entrenar. Se observó en el espejo de cuerpo completo ubicado al lado de la puerta, se arregló la camiseta blanca impecable. Se enfocó en sus propios ojos y fue consciente de que la tristeza en ellos había llegado para quedarse.
Habían pasado tres meses desde aquella noche que cambió su vida para siempre. Los dolores, las marcas, los cardenales rojizos y violáceos habían desaparecido. Toda memoria física se desvaneció con el transcurso de los días, pero en su cabeza, el recuerdo de Eric y su cuerpo continuaba intacto.
«Siempre supe que algo mágico me ataba a Gabriel. Llegó a mi vida y supe que nunca lo dejaría marchar».
Pensó en lo afortunado que Carlos fue en ese momento. Gabriel había sentido lo mismo por él. En cambio, Felipe se encontraba tirando de un lazo en donde nada había del otro lado.
Se arregló los rizos que caían en su frente y dio un suspiro profundo. Uno de los muchos, uno de los tantos para amortiguar la pena que a veces quedaba atascada en forma de palabras no dichas y en sus pulmones.
¿Cómo se había enamorado de un desconocido?
Felipe se lo preguntó varias veces. Habló con Raisha acerca de su sexualidad, de lo sucedido, y ella le hizo la misma pregunta, pero Felipe se encogió de hombros sin explicación. Necesitaba contarle a un ser humano que no le hiciera preguntas complicadas, y le diera respuestas. Alguien que le diera, aunque fuera, un alivio efímero.
ESTÁS LEYENDO
Breakpoint - Bilogía Matchpoint libro 1 (+18)
Storie d'amore¿Qué estás dispuesto a hacer para mantenerte en el juego? Todos tenemos una adicción, todos necesitamos un aliciente que nos impida volarnos la cabeza con un arma después de perder a todos los seres que amamos. La adicción de Eric Morgan es el sexo...