Capítulo 40

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IZAN


Me lavo la cara, enjuago la boca y trato de orinar, aunque me costará demasiado. Tengo el miembro cual morcilla de mi tierra, Burgos. Este aún quiere fiesta y sabe que puede tenerla. Andoni me ha invitado a pasar la noche con él, a lo que he accedido sin vacilar.

Ahora, la misión es conseguir mear para después regresar al ruedo. Por ello aguardo frente al inodoro a que salga el chorrito, algo que se da poco a poco... Concentrado, apunto para no salpicar fuera con mi inestable cascada, y lo hubiese logrado si un zumbido no me hubiese hecho botar.

—¡Mierda!

Con un trozo de papel, seco las baldosas y voy a inspeccionar el origen del sonido: un móvil, tirado en el lavabo, dentro de una bola de ropa sucia.

—Es de Andoni. —Evidentemente.

Tiene una foto suya andando en moto de fondo de pantalla.

—Qué egocéntrico es.

Lo bloqueo para dejarlo donde estaba, pero este vibra en mi mano y me es imposible resistirme. Le está escribiendo una persona a través de una red social, en la que está registrada como «Correcaminos».

¿Quién será? ¿Y qué les pasa con los Looney Tunes?

El chat está protegido por el PIN y maldigo varias veces, hasta caer en la cuenta de que tal vez me lo sepa.

—Adiós a la confianza ciega —sentencio y tecleo—: Sesenta y nueve, sesenta y nueve... —Estoy dentro—. Joder, joder, joder.

Inspiro hondo y leo:


CORRECAMINOS: ¿De veras? ¿No te apetece quedar?

IBARRA: No.

CORRECAMINOS: Tío, pues no puedes evitarme. Nos vemos todos los días.

IBARRA: Me da igual.

CORRECAMINOS: ¿No íbamos a aprovechar el verano juntos?

IBARRA: Eso era antes. Ahora bastante me estáis jodiendo la vida entre todos.

CORRECAMINOS: Eh, paga la mierda con tu vieja. No conmigo.

IBARRA: Que te jodan.

* Dos mensajes nuevos *

CORRECAMINOS: Oye, ¿en serio vas a pasar de mí?

CORRECAMINOS: ¿Es por el otro rubio, no?


El corazón se me desboca al saber que se refiere a mí.

Tengo demasiadas preguntas en mente y otras tantas posibles respuestas. Algunas tan locas que me aterran.

Lo que más me inquieta es la identidad de este tipo sin foto de perfil. Con su cuenta solo sigue a famosos, ni siquiera a Andoni. Entre la lista de los seguidos se halla el Athletic Club. Debe de ser un fanático. Lo que me trae de vuelta otro flashback, de cuando bajé al salón y di con una camiseta de este equipo de fútbol, la noche que pillé a Andoni supuestamente viendo porno.

—Me mintió. —Infiero—: Estaba con el Correcaminos.

Quien por lo visto es una persona a la que ve todos los días, durante el verano, así que puedo deducir que trabaja aquí.

—Joder.

Espabilo y asciendo por el chat para recabar más datos, pero no averiguo nada antes de que Andoni me reclame:

—¿Izan? ¿Todo bien?

Rápidamente escondo el teléfono entre la ropa, abandono el baño y actúo:

—Sí, sí. Todo, todo, bien.

—¿Seguro?

No me aproximo de más, porque voy a marcharme.

—Obvio, pero estoy cansado. Creo que lo mejor es que cada uno duerma en su cama.

—Vale. —Se rasca la sien—. ¿He hecho algo mal?

Niego con la cabeza, lentamente, y poco convincente.

Porque en realidad no lo sé.

Todavía tengo que asimilarlo.

—Buenas noches, Andoni.



*****

Este pequeño capítulo es para anunciar que retomamos las actualizaciones (¡el domingo!), y para recordar que, en el palacio, no todo es tan bonito...

La cuenta atrás:

- 6 días para el primer muerto -

Se acerca el final.


El último amanecer de agosto (en librerías y Wattpad)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora