IZAN
Me tiembla el pulso, el pecho se me sacude y mi mente distorsiona el eco de los latidos creando golpes secos: similares al del anciano cayendo contra el suelo. Mi cabeza revive la escena una y otra vez. No puedo salir del bucle por más que me presione las sienes.
Me siento en el suelo del baño, con las piernas recogidas.
Es todo tan horrible. De esta no me recupero.
La psicóloga va a flipar a la vuelta de las vacaciones.
Eso si no me encierran antes.
O si no me matan los ladrones de cuadros por haberme cargado a uno de los suyos; incluso podrían hacerlo para que no hablase. Es evidente que soy incapaz de disimular.
—Estoy en la mierda.
A mis espaldas, alguien llama tratando de irrumpir mi agonía.
—¡Está ocupado! —le chillo.
En balde. Andoni ha invadido mi espacio.
—Oye, Izan...
—Vete.
No lo hace.
Al contrario, se agacha conmigo,
—Tú no has hecho nada malo, joder. No tienes la culpa.
En parte, coincido.
—No, la culpa es vuestra. ¡De tu enfermiza familia y de tu puto amante con el que te has estado liando en la cabaña! —bramo—. ¡Sois unos mierdas! ¡Estáis todos locos! ¡¡¡Y yo he matado a un tío!!!
Rosa no tarda en unirse ante mis berridos, se ha pasado horas pendiente de cuidarme, y eso que ella también está conmocionada. Al igual que Elena, quien se siente culpable por haberse alejado del grupo. Qué absurdez. Ninguna de ellas le ha reventado la patata a un anciano de un susto.
—Andoni, márchate. —El tajante tono de Rosa hace que vuelva a conectar—. Ya. Déjanos a solas.
Este no rechista y quedo en manos de mi amiga, quien no estará satisfecha a no ser que le mire a los ojos.
—Eh, amore... No te martirices más, ¿vale? —repite la frase estrella—. Has actuado como cualquier persona decente haría. Necesitabas esa foto para enseñar a Elena que no era su abuelo.
—Y por mi gran idea, hay una persona muerta.
Sorbo los mocos y, al oxigenar un poco el cerebro, soy consciente de lo surrealistas que está siendo todo.
—Dios, estamos jodidos, ¿no?
Se acomoda a mi lado.
—Ojalá poder decirte que no.
—Ya.
Se encoge de hombros.
—Pero según los Ibarra —Mikel llegó casi después del aviso del hermano—, Lourdes nos sacará de esta. Siempre sabe lo que hacer.
—Es como Elena en mayor —comparo.
—Exato. Solo que Elena ahora está desbordada.
—¿Y crees que Lourdes no lo estará? Acabo de provocar un infarto al único exmarido vivo con el que se llevaba bien.
—Eso no lo sabes —rebate.
—Claro que lo sé. Fue el único al que invitó a aquella fiesta de cumpleaños. Elena me lo dijo.
—Izan, espabila. Lo invitó para borrarlo del mapa —apunta Rosa—. Si le agradase no lo habría encerrado en una chabola, haciendo creer al resto del mundo que se había quemado y que sus pedacitos se habían hundido en el mar. ¿No crees?
—Igual se lo pidió él.
—No... ¡No me importa! —Sus fosas nasales cogen tanto aire como sus pulmones aguantan—. La abuela de Elena y sus antiguos maridos me traen sin cuidado. Lo importante es nuestro futuro.
—Correcto —aprueba Elena.
Nos giramos hacia la entrada, donde ella alza las cejas con los brazos cruzados.
—Estoy de acuerdo, excepto en lo de referirte a Lourdes como mi abuela.
Se sienta con nosotros, lo que da pie a un tímido abrazo colectivo.
—¿Estáis bien? —habla en voz baja.
No nos quedan fuerzas para mentir.
—Estamos hundidos.
—Y aún no hemos tocado fondo —teme Rosa.
Elena se lleva una mano al pecho, arruga la tela del bolsillo provocando un singular crujido y nos promete:
—Saldremos a flote. No os preocupéis. Sé cómo manejar a Lourdes.
Rosa se yergue ligeramente.
—Elena... No hagamos más locuras, por favor.
Como si hubiesen intercambiado los roles, ella ya no promete nada, y cuando sus miradas se retan, Mikel aparece a nuestro lado para transmitirnos un mensaje.
—Lourdes ha llegado.
*****
Los siguientes capítulos son importantes, en ellos se resolverá gran parte del misterio... Los subiré mañana mismo, lunes ;)
Por otro lado, os puedo asegurar que la novela finalizará en junio o como muy tarde a principios de julio. Que se acabe me da pena pero a la vez me llena de emoción. De todas mis historias el final de esta es mi favorito así que estoy deseando que lo podáis leer.
¡Un abrazo y gracias por todo!
ESTÁS LEYENDO
El último amanecer de agosto (en librerías y Wattpad)
Teen FictionLAS COSAS DE PALACIO VAN DESPACIO... HASTA QUE EL AMOR LES OBLIGA A DESVELAR SUS SECRETOS. Elena no soporta la nueva familia de su abuelo, pero cuando este fallece, un último deseo lo cambia todo. Debe pasar las vacaciones de verano con ellos. Desde...