En el tranquilo mar del Nuevo Mundo, los recuerdos de una relación pasada seguían rondando las mentes de Zoro y Luffy. Había pasado un año desde que su relación terminó abruptamente debido a un error que Zoro no podía perdonarse a sí mismo: una noche de debilidad con Sanji. Aunque Zoro se había disculpado innumerables veces, Luffy, herido y desilusionado, había puesto fin a lo que una vez fue un amor intenso y lleno de aventuras.
Desde entonces, la dinámica en el Thousand Sunny había cambiado. Nami y Robin evitaban mencionar el pasado, pero sus miradas cargadas de juicio hacia Zoro lo decían todo. Brook intentaba aligerar el ambiente con bromas, pero incluso él sabía que había límites. Jinbe, siempre sabio, había adoptado una postura neutral, pero se notaba que prefería mantenerse cerca de Luffy, como un protector silencioso.
Luffy intentaba mostrarse despreocupado, como siempre, pero sus risas eran menos frecuentes y su energía habitual parecía menguada. Su corazón había sido lastimado de una forma que ni las batallas más feroces habían logrado. Para distraerse, comenzó a pasar más tiempo con otras personas. En una isla, se le vio riendo cómodamente con un joven comerciante, mientras que en otra, compartía aventuras con una navegante de una tripulación aliada.
Zoro observaba desde lejos, su pecho ardiendo con una mezcla de celos y arrepentimiento. Aunque intentó llenar el vacío con entrenamientos y botellas de sake, cada vez que veía a Luffy sonreír con alguien más, un dolor punzante lo atravesaba. Sanji, por su parte, había tratado de reparar su relación con Zoro después de aquella noche, pero ambos sabían que aquello había sido un error que nunca debió ocurrir.
Un día, mientras la tripulación se detenía en una isla para abastecerse, Zoro vio a Luffy en el mercado, riendo junto al comerciante que había conocido antes. Los celos lo consumieron. Sin pensarlo dos veces, siguió a Luffy hasta un claro en el bosque cercano. Ahí, finalmente habló.
—Luffy, necesitamos hablar.
El capitán se giró, su rostro serio por primera vez en mucho tiempo.
—¿Sobre qué? —preguntó, cruzándose de brazos.
Zoro bajó la mirada, buscando las palabras adecuadas. Había ensayado este momento cientos de veces en su mente, pero nada parecía suficiente.
—Sigo amándote —admitió finalmente. —Cometí un error imperdonable, pero he cambiado. Haré lo que sea para que me des otra oportunidad.
Luffy lo miró fijamente, y su expresión se endureció.
—No es tan simple, Zoro. Me rompiste el corazón. No basta con que digas que has cambiado. Si realmente quieres otra oportunidad, vas a tener que demostrarlo. Y te advierto: no será fácil.
—Haré lo que sea —dijo Zoro, sin dudarlo.
Luffy lo dejó plantado en el claro sin decir nada más. Zoro regresó al barco con una determinación renovada, pero las cosas no mejorarían pronto. Durante las semanas siguientes, Zoro intentó acercarse a Luffy de varias maneras. Cocinó para él (con ayuda de Sanji, aunque eso resultó en una tensa colaboración). Se ofreció a ser su compañero de entrenamiento, pero Luffy lo rechazó fríamente. Incluso intentó compartir historias de sus aventuras pasadas, pero Luffy simplemente se levantaba y se iba.
La tripulación, que observaba todo, no intervenía. Robin comentó una vez:
—Si Zoro realmente quiere que lo perdonen, necesitará mucho más que gestos simples.
Un día, en medio de una feroz tormenta que golpeó al Sunny, Zoro vio su oportunidad. Mientras el barco luchaba contra las olas, una de las velas principales se rasgó, y Luffy estaba tratando de arreglarla, pero el viento y la lluvia lo hacían casi imposible. Sin pensarlo, Zoro se lanzó al peligro, escalando los mástiles bajo la tormenta para ayudar.
Luffy gritó:
—¡No necesitas hacer esto, Zoro! Yo puedo manejarlo.
—No me importa —gritó Zoro por encima del rugido del viento. —No voy a quedarme de brazos cruzados mientras luchas solo.
Juntos, lograron asegurar la vela, aunque ambos terminaron empapados y agotados. Cuando la tormenta finalmente cesó, Luffy miró a Zoro por un momento, como si estuviera viendo algo nuevo en él.
—Sigues teniendo mucho que demostrar —dijo Luffy finalmente, pero su tono era menos hostil que antes.
Con el tiempo, Zoro continuó demostrando su dedicación de maneras pequeñas pero significativas. Nunca presionó a Luffy para que lo perdonara, pero siempre estuvo allí, listo para apoyarlo. Luffy, aunque cauteloso, comenzó a notar el cambio genuino en su espadachín.
Una noche, mientras miraban las estrellas desde la cubierta del Sunny, Luffy finalmente habló.
—Zoro, aún no estoy listo para decir que todo está bien. Pero puedo ver que estás intentando. No prometo nada, pero tal vez podamos empezar desde cero.
Zoro, con los ojos llenos de gratitud, asintió.
Aunque la tripulación y los hermanos de Luffy seguían siendo cautelosos, poco a poco comenzaron a notar el cambio en ambos. Sabían que, al final, la decisión era de Luffy. Y mientras el Thousand Sunny navegaba hacia nuevas aventuras, el lazo entre Zoro y Luffy comenzó a reconstruirse, piedra por piedra, demostrando que incluso las heridas más profundas podían sanar con tiempo, esfuerzo y amor verdadero.
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One Zolu Shots
Подростковая литератураCada shot es algo diferente y complejo. Solo se explora el ship Zolu y entre shots una miga de Zosan Puesto #6 en #zoroxluffy (23/05/25) Puesto #3 #luffyxzoro (08/10/25)
