Zoro nunca creyó en las casualidades. Pero conocer a Luffy en la cafetería cerca de la universidad parecía haber sido una.
Todo comenzó una tarde lluviosa, cuando Zoro se refugió en aquel local de siempre, pidiendo su café negro sin azúcar. Afuera, la lluvia golpeaba el pavimento con intensidad, y el sonido del tráfico mojado llenaba el aire. Justo en la mesa de al lado, un chico de cabello negro desordenado y sonrisa fácil hablaba sin parar con su amigo Usopp sobre algún proyecto de robótica que parecía emocionarlo demasiado.
Zoro apenas prestó atención, hasta que Luffy, sin previo aviso, se giró hacia él.
—¡Oye! ¿Te gustan los girasoles? —preguntó sin contexto alguno.
Zoro, que acababa de dar un sorbo a su café, casi se atraganta.
—¿Qué?
—Los girasoles. ¿Te gustan? —repitió Luffy, apoyando los codos en la mesa con la mirada llena de expectativa.
Zoro lo miró, confundido. No sabía si el chico estaba bromeando o si de verdad tenía un tornillo suelto.
—Supongo que sí.
Luffy sonrió como si hubiera ganado algo importante.
—¡Sabía que sí! Las personas que beben café negro siempre tienen un lado más suave de lo que aparentan.
Usopp, que hasta ese momento había intentado ignorar la interacción, se tapó la cara con las manos.
—Luffy, deja de acosar a extraños.
—¡No lo estoy acosando! —protestó Luffy, antes de girarse de nuevo hacia Zoro—. Bueno, ahora que ya hablamos, ¿quieres salir conmigo?
Zoro casi escupe su café por segunda vez en menos de un minuto.
—¿Qué?
—Digo, como amigos. Pero también si quieres algo más... —añadió con una sonrisa pícara.
Fue así como comenzó todo. En los siguientes meses, Luffy se convirtió en una presencia constante en la vida de Zoro. Desde mensajes de madrugada preguntando cosas absurdas como "Si fueras un animal, ¿cuál serías?", hasta aparecer sin previo aviso en su departamento con comida y películas.
Al principio, Zoro pensó que solo era el tipo de persona que se apegaba rápido a los demás. Pero con el tiempo, empezó a notar algo extraño.
Había momentos en los que Luffy se quedaba mirando su teléfono por demasiado tiempo, como esperando un mensaje que nunca llegaba. Otras veces, sonreía con tristeza cuando hablaban de relaciones, desviando la conversación como si no quisiera pensar en ello.
Zoro no preguntaba. No era su asunto.
Hasta que un día, Nami, una amiga en común, dejó caer la verdad sin rodeos mientras estudiaban juntos en la biblioteca.
—Es obvio, ¿no? —dijo mientras acomodaba sus notas—. Luffy solo está intentando olvidar a Law.
El estómago de Zoro se encogió.
—¿Law?
—Su ex. —Nami suspiró, cerrando su cuaderno—. Salieron por mucho tiempo, pero las cosas terminaron mal. Luffy nunca habla de él, pero... bueno, creo que intenta distraerse contigo.
Zoro sintió un nudo en la garganta.
No sabía qué era peor: la idea de ser solo una distracción o el hecho de que, pese a todo, aún quería seguir estando cerca de Luffy.
Desde ese día, todo se sintió diferente.
Cada vez que Luffy le tomaba la mano sin razón, Zoro se preguntaba si lo hacía porque quería o porque necesitaba aferrarse a algo.
Cada vez que Luffy se recostaba sobre su hombro mientras veían películas, Zoro sentía el peso de un fantasma entre ellos.
Y cada vez que Luffy lo miraba con esos ojos llenos de emoción, Zoro se preguntaba a quién veía realmente.
La duda lo estaba consumiendo, pero se aferraba a la idea de que tal vez, con el tiempo, las cosas cambiarían.
Hasta que una noche, después de muchas dudas, no pudo más.
—Luffy. —Su voz sonó más seria de lo que esperaba.
—¿Hmm? —Luffy estaba jugando con los cordones de su sudadera, distraído.
—¿Te gusto?
Luffy parpadeó, sorprendido por la pregunta repentina.
—¿Por qué preguntas eso?
Zoro tomó aire.
—Porque siento que solo me usas para olvidar a alguien más.
El silencio que siguió fue peor que cualquier respuesta.
Luffy desvió la mirada, su expresión nerviosa.
—Zoro, yo...
No necesitaba escuchar más.
Se puso de pie, sintiendo que algo dentro de él se rompía.
—No quiero ser el reemplazo de nadie.
Luffy abrió la boca, pero no dijo nada.
No había excusas, no había palabras que arreglaran lo que estaba pasando.
Zoro tomó su chaqueta y salió del departamento sin mirar atrás, dejando a Luffy con su silencio, su arrepentimiento y el nombre de Law pesando en el aire. No se vieron por semanas.
Luffy dejó de escribirle, de aparecer sin previo aviso.
Y Zoro intentó convencerse de que eso era lo mejor.
Pero una noche, cuando estaba a punto de cerrar su tienda de artículos deportivos, la campanilla de la puerta sonó.
Luffy estaba ahí, con su misma sonrisa, pero con una mirada diferente. Más honesta.
—No quiero que seas un reemplazo —dijo, sin rodeos—. Quiero que seas tú.
Zoro lo miró en silencio, debatiéndose entre el enojo y la esperanza.
Quizá, solo quizá, valía la pena intentarlo.
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One Zolu Shots
Fiksi RemajaCada shot es algo diferente y complejo. Solo se explora el ship Zolu y entre shots una miga de Zosan Puesto #6 en #zoroxluffy (23/05/25) Puesto #3 #luffyxzoro (08/10/25)
