-T/N Kurokawa, o más bien conocida entre los criminales cómo 𝑨𝒕𝒆𝒏𝒆𝒂. Conocida tanto por ser la hermana de El Rey, Izana Kurokawa y por sus propias habilidades individuales, siendo gracias a estás que mantuvo una buena reputación entre las pand...
El sujeto perteneciente a seguridad no pudo terminar la oración ya que dos grandes maletines se posaron violentamente sobre su escritorio.
Obviamente, maletines que contenían millones.
La sala permaneció en silencio unos segundos.
-"Y? Piensa quedarse allí sentado o que? Ya abra la maldita celda"-
Y con esa simple orden de parte de la Kurokawa, el hombre se puso de pie rápidamente y la guío hacía su objetivo.
Caminaron en completo silencio por los largos pasillos del psiquiátrico. O lo que aparentaba serlo.
Miles de puertas, con sus respectivas cerraduras completamente clausuradas. Y sus respectivas hendiduras que simulaban ser una ventana siendo golpeadas con intensidad, con claras intenciones de salir por parte del usuario privado de su libertad.
Escalofríos recorrían la columna vertebral de nuestra albina, quién estaba siendo protagonista de una verdadera escena digna de película de terror.
Gritos, llantos, murmullos, insultos, golpes, patadas, hasta cabezasos.
Todas estas acciones siendo practicadas de forma desesperada y aterrorizada, contagiaban esos sentimientos a los usuarios que pasaban por aquellos pasillos.
Trató de mantener la calma, pues recordar que solo estaría allí unos minutos de cierta forma la tranquilizaba.
Aunque sea un poco.
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Las espeluznantes risas totalmente escandalosas provenientes de cierta pelirroja fue lo primero que reconoció de ella al entrar en aquella sala tan fría.
-"ATENEA! SI VINISTE!"- exclamó con alegría Roxxane, mientras era desatada de sus cadenas y el traje de resistencia era retirado.
-"porqué no lo haría? Tuvimos y tenemos un acuerdo. Y creí que tenías en claro cómo yo resuelvo las cosas, querida"- río la albina, acercándose con toda confianza a la muchacha de dudosa salud mental.
A pesar de las advertencias de los guardias de la organización, le dió igual todo y se acercó, logrando dar unos pasos antes de ser derribada por el abrazo de la pelirroja.
-"lo sé, lo sé! Lo lamento por desconfiar en usted, si?"- se disculpo, para luego soltar algunas risas nerviosas.
-"Cómo sea, vámonos ya"- se la quitó de encima y se puso de pie rápidamente.
La contraria no le dió importancia y siguió cómo si nada, acostumbrada a la repentina frialdad de la fémina.
-"Cómo usted diga"- y cuál perro, la siguió por detrás inmediatamente.
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