𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑡𝑟𝑒𝑠

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-"Ayer si que fue un día movido, eh?"-

-"Bastante"- respondió con una sonrisa el pelinegro de cicatriz.

-"Supe que tuviste un encuentro con ese tal Hanagaki... Son amigos?"- preguntó la albina, dejando a un lado las pesas que estaba utilizando.

Una de las actividades que solían hacer juntos era entrenar. El Hitto había tomado un gran gusto por ésta actividad, por lo que es una manera de pasar más tiempo juntos, puesto que también la Kurokawa tenía sus labores que la mantenían ocupada.

-"Eh?, no, claro que no, solo somos conocidos."- dijo con firmeza, aunque su hermana bien sabía que él era muy fácil de leer si le prestabas la suficiente atención.

Y se le veía claramente que un mínimo de cariño le tenía al rubio.

Más no dijo nada al respecto, solo sonrió y siguió con lo suyo.

Pero, de un momento a otro, Kakucho había tomado una actitud un tanto seria, cosa que era extraña de ver estando con su hermana, ya que solía ser más alegre con ella.

Ella lo notó de inmediato.

-"Que sucede?"- indagó ella.

-"... No piensas decirle nada?"- soltó lo que retenía desde hace unos días, sintiendo cierto alivio.

...

-"A quién? Sobre que?"- claro, el menor había soltado la pregunta así cómo así, sin saber que su hermana no tenía idea de todo lo que estaba sucediendo.

-"Ya sabes, lo de Emma Sano"-

Su mente se bloqueó. El hecho de escuchar el nombre de aquella chica tan tierna e inocente de la boca de Kakucho, le había pegado de alguna forma.

Y bastante.

Lo que más deseaba es nunca tener que ver a su hermanita metida en éstos conflictos de delincuentes.

Menos en un cajón.

-"Que?!"- preguntó exaltada. Su cabeza estaba pensando a mil por hora, tantas posibilidades que sentía que iba a explotar.

-"Izana planea asesinarla, lo sabías, no?"- dijo extrañado el menor, hasta que segundos después cayó en cuenta de que ella no tenía idea de nada.

....

Aunque su mente estaba en un estado de preocupación intensa y angustia. Aún así logró pedir unos pocos detalles sobre éste incidente que estaba por suceder.

-"Hoy, en unas horas, Frente al cementerio de Tokyo"-

"mierda"

Caminó por los pasillos del escondite a paso apresurado.

Estaba enojada. Claro que estaba enojada.

Pues parecía que Izana había borrado toda lección y aprendizaje dado por ella.

También el hecho de que le estaba ocultando cosas.

Y era adrede.

Pero ahora mismo esa no era su mayor preocupación. La vida de Emma peligraba, y todo por obra de Kisaki.

Era fácil deducir, aunque quizás sea esa negación de hermana mayor, queriendo pensar que su hermano nunca mataría a una pobre chica inocente.

-"Roxxane."- llamó la albina.

-"que seria.."- se escuchó una risa al otro lado del teléfono.

-"Que ocurre? Necesita algo?"-

•𝘈𝘛𝘌𝘕𝘌𝘈• - 𝚕𝚊 𝚍𝚒𝚘𝚜𝚊 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚐𝚞𝚎𝚛𝚛𝚊 𝚓𝚞𝚜𝚝𝚊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora