𝐶𝑎𝑝𝑖𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑐𝑖𝑛𝑐𝑜

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-"Y... Ellos quiénes son?"- preguntó temeroso cierto pelirrubio teñido de peinado gracioso.

-"ah, no creí que ellos vinieran..."- respondió a medias el Matsuno, dando a entender que los conocía.

-"Los hermanos Haitani, con solo una llamada pueden reunir un gran ejército de hombres. Controlan todo Roppongi"- ante aquellas palabras el contrario tembló ante la idea de que tan solo ellos dos sean capaces de controlar toda una ciudad.

-"Y.. el otro? El albino que está detrás de ellos.."- se animo a preguntar el Hanagaki.

-"no lo apuntes, idiota. Ya se de quién hablas"- lo reprendió Chifuyu, bajando el tono de su voz notoriamente.

-"No te acerques a ese, y por ninguna razón te metas en sus asuntos."- advirtió a su compañero, quién se mostró sorprendido ante las palabras de su amigo.

-"qué? Porque? Tan peligroso es ese tipo?"-

-"Solo hazme caso.. se le conoce cómo Ares, el dios de la guerra"- el rostro de su compañero se deformó totalmente al escuchar el nombre.

No sé sabía mucho del mencionado, pero lo poco que se sabía era suficiente para no pronunciar ni su nombre más de una vez.

-"con que es él...."- su compañero no lo sabía, pero por la cabeza del Hanagaki estaban pasando tantas cosas que sin ser totalmente consciente, mantuvo su mirada azulada sobre el albino.

Hasta que este le devolvió la mirada.

"Y este qué?" Pensó la albina, mirando con seriedad pero con cierta curiosidad interior al rubio de baja estatura.

No conocía al chico, ni tampoco le importaba conocerlo. Le parecía estúpido (cómo casi todos los hombres de pandilla) e irrelevante.

Pero él si la conocía.

Más de lo que ella piensa.

El Hanagaki se preguntaba muchas cosas, demasiadas quizás, acerca de sus futuros.

Pero ante la necesidad de callar sobre su habilidad y su conocimiento sobre los sucesos del futuro, tembló nervioso cuándo dieron el llamado de que la pelea estaba por comenzar.

-"ambos representantes pasen al frente"-

Un muchacho de cabellos negros y amarillos intercalados dió unos pasos al frente.

Y el subcomandante de la ToMan, Ken Ryuguji, alias Draken, repitió las acciones del contrario.

Intercambiaron unas palabras, notandose cierta serenidad y madurez de parte del chico de trenza. Actitud contraria a la voz amenazante del Hanemiya, a quién se le notaba prepotente y burlón.

Y de inmediato lo notó.

Ese chico algo traía en manos.

-"Vinimos aquí a matarlos, ToMan!"- y con ese último grito del representante de Valhalla, el caos se desató en el lugar.

-"Vinimos aquí a matarlos, ToMan!"- y con ese último grito del representante de Valhalla, el caos se desató en el lugar

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•𝘈𝘛𝘌𝘕𝘌𝘈• - 𝚕𝚊 𝚍𝚒𝚘𝚜𝚊 𝚍𝚎 𝚕𝚊 𝚐𝚞𝚎𝚛𝚛𝚊 𝚓𝚞𝚜𝚝𝚊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora