Capítulo 10

194 18 12
                                    

Mei Yoshida 

Fetish de Selena Gomez resonaba a todo volumen por el club y no pude evitar que mis caderas se mecieran al ritmo de la canción. Tenía un par de tragos encima. Sí, eso no era muy responsable de mi parte en cuanto a estar de encubierta, pero ¿qué podría encontrar aquí que fuera vital para mi misión? Nada. A menos que el haber observado a Dima disimuladamente desde que llegamos aquí fuera a ayudar en algo.

No me sentía especialmente orgullosa de eso, ya que él era mi misión. Debía arrestarlo, pero, en cambio, fantaseaba con cosas para las que aún no me encontraba tan borracha como para admitírmelas a mí misma.

Frente a mí, Aiko y Jun bailaban cerca de la otra. Era la primera vez que las veía comportarse así; sensuales y atrevidas. La mayor parte del tiempo Jun a penas si se atrevía a alzar la mirada y Aiko a penas si hablaba con alguien más que no fuera su amiga. Aiko tenía el cuello de Jun rodeado con los brazos mientras esta la tomaba por las caderas y se mecían al ritmo de la melodía. A penas si había espacio entre ellas, de hecho, mientras más las observaba, más me sentía como si de alguna manera estuviera invadiendo su privacidad.

No tenía nada en contra que dos mujeres bailaran así, solo me sorprendía un poco debido a que ambas eran... tímidas.

Estoy por darme la vuelta cuando un par de manos me toman por la cintura; de inmediato cada músculo de mi cuerpo se tensa.

—Suéltame —le digo a quien quiera que este detrás de mí, pero sus manos no se mueven y comienza a restregarse contra mi trasero.

Sin ganas de querer montar un espectáculo sujeto ambas muñecas y tiro de ellas con la intención de alejar sus manos de mí, pero estas no ceden ni un milímetro, en cambio, me empujan contra un fuerte pecho. Mi corazón se acelera a un más cuando me presiona contra una muy evidente erección.

A la mierda la delicadeza.

Hundo mi codo en el estómago del hombre y al instante me suelta profiriendo maldiciones en lo que parecía ser chino, sin pensar demasiado en lo que estoy haciendo, me doy la vuelta y le doy un puñetazo en la cara.

—Cuando alguien te dice que lo sueltes, lo haces —le escupo en chino y me largo. Podía vigilar a Aiko y a Jun desde el segundo piso del club que era el área vip.

Dima se encuentra inclinado sobre la baranda cuando me detengo a su lado, en la mano tenía un vaso con lo que parecía ser whisky. Observo por encima del hombro encontrando en nuestra mesa una gran cantidad de shots ya vacíos. Me volteo hacia él con una ceja enarcada.

—¿Estás ahogando tus penas o algo así? —pregunto burlonamente.

—Para hacer tal cosa tendría que sentir pena por mí mismo. ¿Y de ser así por qué lo haría? —Sus palabras eran lentas, ligeramente arrastradas, pero podía escuchar la ironía detrás de su aparente tono indiferente—. Tengo todo lo que cualquier hombre nacido en nuestro mundo querría tener —termina de un trago el resto de su bebida—. Así que ahora te pregunto, Izumi, ¿por qué el que esté bebiendo como un jodido alcohólico significa para ti que estoy ahogando mis penas?

Me lo quedo mirando en silencio, sus ojos eran como ver y sentir al océano en medio de una tormenta. Descontrolados, fríos y salvajes. Era la primera vez que lo veía así; siempre estaba en control, incluso cada uno de sus movimientos parecía previamente analizado. En el poco tiempo que llevaba conociéndolo, nada parecía alterarlo. Estaba al tanto de lo que estaba sucediendo en Rusia; su familia había sido objetivo de pequeños ataques, nada letal hasta ahora, pero aun así él no había mencionado nada, seguía mostrando ante todo el mundo serenidad. Y no debía ser un genio para saber que Dima era una persona apegada a su familia y que pareciera tranquilo en tiempos como estos decía mucho sobre el control que tenía sobre sus emociones. Así que tenía curiosidad por saber que lo había atormentado lo suficiente como para hacerlo beber sin control alguno.

Fascinada por un mafioso © [Libro 4] | [Próximamente en Físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora