Dima Voronin Smirnov
El dolor en mi columna vertebral me obliga a despertarme, pero de inmediato el dolor en mi sien y costados me abruma. Me concentro en cada una de mis respiraciones en un intento de no desmayarme. La fuerza de la explosión debió haberme roto un par de costillas.
Miro a mi alrededor, encontrando a Izumi frente a mí. Estaba colgando del techo por unas cadenas, al igual que yo. Seguía inconsciente. Verla en aquel estado eliminaba por completo el enojo que sus palabras me habían provocado horas atrás para ser sustituido por el dolor. No había podido protegerla a pesar de que me había prometido hacerlo. No importaba que quisiera mantenernos alejados.
Parecíamos estar en un sótano, no había ventanas y el aire estaba impregnado a humedad. Me recordaba al sótano en casa de mis tíos Lorenzo y Roxanne, solo que me encontraba en el lugar donde habían estado mis víctimas. No veía a Shinoda por ningún lado y me preocupaba que estuviera muerto, porque si era así la organización de Japón estaría en problemas. No tenían quien la dirigiera, a menos que me casara inmediatamente con Jun. El pensamiento eriza los vellos de mi cuerpo.
Debía evitar a toda costa que Shinoda muriera, no quería convertirme en el líder de la Yakuza.
El sonido de varias pisadas me ponen alerta. No sabía si los hombres de Tao habían orquestado todo esto o había sido obra de alguien más. No importaba que la persona que estaba pagando por mi muerte estuviera muerta, todos querían que mi familia y yo dejáramos de respirar y con la coronación tan cerca las personas se estaban volviendo más audaces.
—El pequeño Voronin está despierto —dicen en japonés a mi espalda, segundos después cuatro hombres se detienen frente a ti—. Atraparte fue más de lo que anticipé. No eres tan hábil como tu padre.
Cada músculo de mi cuerpo se tensa. Fue fácil porque hicieron volar la camioneta frente a mis narices, lo hacían unos minutos después y estaría muerto. Cuando se jugaba sucio todo se obtenía en un chasquido de dedos.
No respondo y en su lugar los observo. Tenía la certeza de que eran hombres de Tao, después de todo ya había intentado matarme una vez. Uno de los hombres frente a mí se acerca a Izumi, empuja su cuerpo inerte con la punta de su arma, pero no reacciona. Ella había estado atrás de mí, debió golpearse bastante fuerte contra la pared. El miedo se cierra en la boca de mi estómago, ¿y si el golpe había sido más fuerte de lo que creía? Podría tener un derrame interno o su cráneo podría haberse fracturado por la fuerza del impacto.
Bajo la mirada a su pecho, este subía y bajaba en constantes respiraciones. Mientras el oxígeno entrara y saliera de sus pulmones todo estaría bien. Solo debía sacarla de aquí y llevarla a un hospital.
Regreso la atención a los hombres frente a mi, quienes habían estado observándome atentamente.
—¿Qué crees que dirá Shinoda cuando sepa que te has estado acostando con la guardaespaldas de su hija? —No muerdo el anzuelo, tendrían que intentarlo mejor si querían que hablara—. Te hemos estado vigilando desde que pusiste un pie en Japón. Nos intrigaba saber que traía al pequeño Voronin tan lejos de sus tierras.
Se miran entre ellos cuando no respondo. Mi atención se dividía entre los hombres de Tao, Izumi y las cadenas de mis manos. Las respiraciones de Izumi habían dejado de ser pausadas y superficiales, para convertirse en inhalaciones profundas. Sabía muy bien que tenía un excelente entrenamiento, pero fingía tan bien que no podría asegurar si estaba despierta o era el dolor que sentía su cuerpo, lo que alteraba su respiración.
—Creímos que si te seguíamos lo suficientemente de cerca podríamos averiguar la fecha y el lugar en el que se llevará a cabo la coronación, pero tú y tu familia han sido muy cuidadosos y han reforzado su seguridad.
ESTÁS LEYENDO
Fascinada por un mafioso © [Libro 4] | [Próximamente en Físico]
Romance[BORRADOR] ≼Dinastía Criminal-Libro 4≽ Dima Voronin, heredero de un imperio criminal, está comprometido con Jun, la hija del líder de la mafia yakuza, en un intento de unir dos poderosas facciones. Sin embargo, su corazón es robado por Mei Yoshida...