Capítulo 11

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Mei Yoshida

Eran agentes de la Interpol.

Era lo único en lo que podía pensar mientras Dima arrastraba al único sobreviviente por la mansión de Shinoda en dirección al sótano. Conocía al hombre que ahora mismo se encontraba completamente inconsciente y era ignorante del infierno en el que había caído.

Shun Ezure era conocido como el mejor agente en rescate de víctimas en nuestra sede. Estaba casado y tenía una pequeña hija de casi un año. ¿Por qué lo habían enviado junto a otros agentes a eliminar a Dima? Pero lo que es más importante, ¿por qué demonios no se me informó de nada? No solo me estaban poniendo en riesgo a mí y a la misión, sino que habían lanzado a siete hombres a la boca del lobo.

¿Katashi había aprobado esto? ¿Y con qué fin lo había hecho?

Me estremezco internamente cuando llegamos al sótano. Shinoda había sido informado de la situación en cuanto salimos del club, así que ya venía en camino, había estado en una reunión de negocios a las afueras de la mansión. En cuanto llegué fui rápidamente a ver como estaban Jun y Aiko, las encontré un poco conmocionadas, pero no tenían ni un rasguño. Luego fui a mi habitación a cambiarme para luego encontrarme con Dima.

El sótano era de paredes lisas, no había ventanas ni ninguna otra entrada de aire fresco, además del que entraba por la puerta. Era espacioso, había dos puertas a mi derecha y dos más a mi izquierda, y aunque quería saber qué había detrás de ellas, temía preguntar. Cuando investigué a Shinoda escuché diferentes rumores sobre como torturaba a los traidores y a los ladrones.

Los encerraba en una habitación por semanas, con apenas la suficiente agua y comida para sobrevivir, estos se volvían completamente locos al estar únicamente en compañía de sus pensamientos. Algunas veces enviaba a sus hombres para que les quitaran uno o dos dedos, en el caso de si era un ladrón, y si lo había traicionado, les cortaba la lengua. Dicen que se volvían completamente paranoicos, cualquier sonido los hacía temblar y temer que venían a torturarlos o a quitarles alguna otra parte de su cuerpo... Al final de la semana decían que se escuchaban los gritos de los hombres implorando la muerte.

Había escuchado y visto cosas similares a esta a lo largo de mi carrera, pero nunca había imaginado que tendría que ver a alguien que conocía pasar por eso. Dima sujeta a Shun a la silla con una soga alrededor del tórax y sus brazos... Me obligo a no apartar la mirada cuando los sujeta con alambres de púas. Si Shun se sacudía contra este tratando de liberarse, se rompería la piel del brazo y las muñecas.

El sonido de fuertes pisadas bajando las escaleras que llevan al sótano erizan cada uno de vellos de mi cuerpo. Segundos después, Shinoda atraviesa la puerta con dos de sus hombres atrás.

—Señor —inclino la cabeza en señal de respeto, pero este apenas si me reconoce. Tenía la mirada fija en Shun.

—¿Fue el único sobreviviente? —le pregunta a Dima. Su tono era frío, completamente carente de emociones. Era la primera vez que presenciaba este otro lado suyo.

—Sí. Los otros están colgando muertos en el techo del club de Ren Shō —responde con una sonrisa ladina en el rostro.

—Bien. Despiértalo.

Permanezco inmóvil en mi lugar y observo como Dima despierta a Shun. Parecer completamente indiferente cuando le da un puñetazo en la cara requiere todo mi esfuerzo. Shun abre los ojos pareciendo desorientado, pero rápidamente sus años de entrenamiento toman el control. Escanea todo a su alrededor, supongo que evaluando sus posibilidades de salir vivo de aquí y cuando sus ojos llegan a mí vislumbro la sorpresa en ellos, pero rápidamente aparta la mirada.

Fascinada por un mafioso © [Libro 4] | [Próximamente en Físico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora