Quién menos esperas

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30 DE JULIO DE 2014.


- "Tía, no puedo más, me quedan dos días, adelanto mis vacaciones, cúbreme, porfi".


- Me lo envió anoche, lo escuché miles de veces y, francamente, Alicia Sierra podrá saltarse cualquier cosa, pero su trabajo siempre es lo primero, estoy segura que ella no mandó ese audio.


- No sé a qué te refieres con que ella no lo envió, pero está clarísimo que esa es su voz, y me toca los santos cojones - habló el coronel Tamayo malhumorado.


- Sí, es su voz, por eso no me cuadra, no creo que lo haya mandado por voluntad propia. Usted la conoce, sabe lo trabajadora que es ¿cuándo ha faltado?


- ¿Y qué sugieres, Murillo?


- Pues una de dos, o que alguien la obligó a hacerlo, o que está trucado. Pondría la mano en el fuego.


- Si tan segura estás, ves al laboratorio acústico forense de la policía nacional, y que lo analicen allí, encárgate.


- Sí, señor.


La subinspectora se encaminó hacia el otro edificio, cuando alguien tocó su hombro.


- Te acompaño.


- ¿Y eso?


- Yo también estoy cien por cien seguro de que Alicia no lo envió, quiero ayudar.


- Vamos pues.


Raquel y Ángel se dirigieron al laboratorio acústico forense, donde le aconsejó su jefe. Llamaron al timbre y esperaron a que la puerta se abriera.


- Buenos días ¿qué se les ofrece?


- Hola, buenos días, necesito hablar con Olivia, es importante.


- Olivia tiene mucho trabajo.


- Es urgente, tengo que hablar con ella ahora - la morena sacó su placa de policía.


- Está bien, voy a avisarla ¿usted es...?


- Raquel Murillo, ella me conoce.


- De acuerdo.


El joven guardia de seguridad caminó hasta el despacho de la trabajadora anteriormente mencionada.


- Disculpe las molestias, pero ahí fuera hay una tal Raquel Murillo que quiere hablar con usted, le comenté que estaba liada pero insiste en que es urgente ¿la hago pasar o...?


- Raquel, que va, ya salgo yo. Gracias por avisarme.


La agente dejó lo que estaba haciendo y rápidamente se dirigió al paradero de su compañera.


- ¡Hola Raquel! ¿Cómo estás? - las dos mujeres se abrazaron muy amigablemente - Hola Ángel - le dio un simple saludo a él.


- Estoy bien, pero no vengo por mí, necesito que me analices un audio, es de Alicia, me lo envió anoche, y hoy no ha venido a trabajar, es raro.


- Debe estar enferma o algo para no venir.


- Lo mismo pienso yo ¿puedes escucharlo?


- Vamos a mi despacho.


Una vez allí, la especializada técnica de sonido, lo reprodujo un par de veces del móvil de su compañera.


- Más allá de lo que pueda analizar en este audio, no me parece una frase que diría Alicia, no sé, tú la conoces más que yo, pero sé que es una adicta al trabajo y siempre se queda hasta tarde ¿me equivoco?

Entretenidos Relatos <Alicia Sierra> Donde viven las historias. Descúbrelo ahora