Fuiste casualidad... ❤️

Capitulo 38

- que haces aquí? -dijo Héctor mientras bajaba el brazo.
- no tenía llaves, me las tenía que dar María.
- podemos hablar?
- es necesario?
- si

Suspiraste y accediste a hablar con él.
Salisteis a la terraza y os sentasteis en unas sillas que habían, miraste a Héctor y viste que se levantó, pero a los 2 minutos volvió con algo entre las manos.

- quieres? Son chuches.. es mi vicio pero no digas nada el entrenador me mataría.
Te empezaste a reír por la manera en la que te lo había dicho, parecía un niño pequeño.
- cómo estás pecas?
- mal.. la verdad que me tenía que a ver ido.

Miraste a Héctor preocupada.
- que he echo a atenea para que me odie tanto?
- gustarme eso has echo, el primer día que te vi bailando la dije que creía que me había enamorado, que si en algún momento conocía a esa chica la dejaría.
- ósea que es por tu culpa todo esto no?
- bueno... no... ella odia a todas las mujeres en general...
Suspiraste.
Pasasteis a la casa ibas tú delante de él, fue a abrirte la puerta y puso su mano en tu cintura.
Os sentasteis en el sofá, era bastante tarde y tú te quedaste dormida en el sofá.
Te despertaste al día siguiente  y viste que no estabas en tu casa ni en tu habitación, había un perchero al lado de la ventana, con una camiseta del barsa veías una h, intuiste que estabas en la habitación de Héctor. Un rato más tarde llamaron a la puerta, Héctor abrió.
- puedo pasar?
- como no vas a poder pasar si es tu habitación

Se sentó en los pies de la cama
- has descansado?
- si, llevaba días sin poder dormir apenas
Te levantaste de la cama tenías frío y tiritaste, Héctor te dio una sudadera y tú te la pusiste, bajaste por qué te dijo que había echo café, cogiste la taza de café y te saliste al patio, te sentaste en las escaleras, los chicos tenían un perro en la casa, que se sentó al lado tuya, empezaste a tocarle, y el perro apoyó la cabeza en tus piernas.
Héctor salió al rato y la vio, se sentó al lado tuya.