I

163 16 0
                                    

Recapitulemos.

Encontré una anillo luego de ayudar a una mujer en la calle y escaparme para ir a una escuela como una chica normal.

El anillo contenía a una pequeña plagga devoradora de queso la cual, a parte de acabar con toda mi alacena es capaz de convertirme en una superheroina.

¿Loco no?

Pues espera.

Resulta que no soy la única que posee una joya mágica en el mundo, ¡Ni siquiera en mi ciudad!

Bugaboo, también conocido como mi compañero, Lordbug tiene una aretes que hacen exactamente lo mismo que mi anillo pero no. A ver, también le otorgan poderes superhumanos pero completamente opuestos a los míos.

El asunto radica en que nos atacaron, la primera vez lo llevamos... ¿bien?

...

—¡Vamos a morir! —Grité tratando de alejarme del villano quien no dejaba de tirarnos todo lo que estaba a su alcance.

—¡Corre! —Él me sujetó de la mano y tiró de mí, motivandome a correr más rápido.

...

No solo se trata de un único villano, cada vez son más frecuentes los ataques en la ciudad.

Al principio no me agradaba mucho la idea de que un chico vestido de catarina me dijera que hacer, pero conforme ha avanzado el tiempo mi curiosidad por el aumento. Batalla tras batalla me salvaba de cualquier cosa que pudiera significar un grave daño y bueno... para cuando caí en cuenta estaba perdidamente enamorada de él.

Decidí que quizá se trataba de algún capricho e intenté ignorarlo para no dañar la relación que tenemos pero conforme el tiempo pasa, cada mirada, cada roce, se me hace imposible ignorarlo, por ello la aparición de Kizz me cayó como anillo al dedo.

Mi profesor favorito fue akumizado y convirtió a toda la escuela en zombies besadores en tiempo récord, afortunadamente escapé a tiempo.

My Lord y yo nos hicimos cargo de los sobrevivientes, lastimosamente uno a uno fueron infectandose, el sol empezaba a ponerse cuando solo quedábamos Lordbug y mi persona.

Trataba de seguirle el paso, sin embargo mi mente divagaba.

¿Si Kizz me atacaba podría confesarme a al chico que me gustaba sin ningún compromiso?

Era una idea estúpida, sí, pero yo nunca he estado muy cuerda. Era todo o nada.

El villano me golpeó, sentí como un yoyo se aferraba a mi cintura y me jalaba, el golpe fue un poco duro aunque la peor parte no me la llevé yo.

Él comenzó a regañarme por mi descuido y yo lo miré a los ojos.

No soy capaz de recordar más allá de eso.

No sé qué pasó luego, pero My Lord sigue actuando de la misma forma de siempre.

Tal vez no ha pasado nada...

Sombras sobre París Donde viven las historias. Descúbrelo ahora