Sombras sobre París

II

Los días posteriores al beso fueron un torbellino de emociones para Lord Bug y Kitty Noir. La ciudad de París, aunque libre de la amenaza inmediata de Kizz, no tardó en encontrar un nuevo peligro en las sombras. Un villano conocido como Spectra había emergido, con el poder de manipular las percepciones y sembrar discordia con ilusiones aterradoras.

Mientras tanto, Lord Bug se encontraba en una encrucijada emocional. El beso que había compartido con Kitty Noir había despertado sentimientos que prefería mantener ocultos, sentimientos que complicaban su deber como protector de París. Decidió mantener su distancia, convencido de que era lo mejor para ambos.

Kitty Noir, por su parte, notó gradualmente el cambio en su compañero. Su habitual camaradería había sido reemplazada por un silencio incómodo y miradas esquivas. A pesar de su confusión, al parecer el beso si había afectado profundamente a Lord Bug, y estaba decidida a arreglar las cosas.

Una noche, mientras la ciudad dormía, Spectra lanzó su ataque más audaz. Las calles se llenaron de visiones horripilantes, y los ciudadanos aterrorizados se encerraron en sus hogares. Lord Bug y Kitty Noir se vieron obligados a enfrentar no solo las ilusiones de Spectra sino también la tensión entre ellos.

En medio del caos, Kitty Noir confrontó a Lord Bug sin poder aguantar un segundo más la tensión que se había creado.

—¿Por qué me evitas? —preguntó, su voz apenas audible sobre el estruendo de la tormenta de ilusiones.

Lord Bug vaciló, su máscara de confianza se desmoronó por un momento.

—No es tan simple —respondió finalmente—. El beso... cambió las cosas. No sé cómo lidiar con eso y proteger a París al mismo tiempo.

Kitty Noir se acercó a él, su determinación brillando en sus ojos.

—No tienes que hacerlo solo —dijo ella—. Somos un equipo, en la batalla y en todo lo demás.

Fue entonces cuando Spectra apareció, riendo ante la vulnerabilidad de los héroes.

Lord Bug y Kitty Noir se encuentraban en la plaza central, donde las sombras de Spectra se retuercen y se alargan como tentáculos oscuros, buscando atrapar a cualquier ser que se atreva a desafiarla. Los héroes se mueven con una gracia nacida de la necesidad, esquivando y repeliendo cada ataque con una coreografía de combate que han perfeccionado a lo largo de innumerables enfrentamientos.

Spectra, con su risa resonando en el aire frío, invoca una ilusión que distorsiona la realidad, haciendo que los edificios parezcan derretirse y el suelo se convierta en un abismo sin fondo. Lord Bug, con su yoyo en mano, corta a través de las mentiras visuales, manteniendo su enfoque en la figura escurridiza de la villana.

Kitty Noir, sus garras listas, salta hacia adelante, pero Spectra está preparada. Con un movimiento fluido, lanza una onda de energía oscura que golpea a Kitty, enviándola a volar hacia atrás. La heroína choca contra la pared de un edificio con un golpe sordo, el impacto resonando en el silencio de la noche.

Por un momento, todo parece perdido. Kitty Noir yace inmóvil, su respiración entrecortada, mientras Spectra se acerca para dar el golpe final. Lord Bug envolvió su yoyo al rededor de la villana haciendo todo lo humanamente posible por retenerla.

Con un esfuerzo sobrehumano, Kitty Noir se levanta, sacudiendo el dolor y la confusión. Sus ojos encuentran los de Lord Bug, y en ese intercambio silencioso, se reaviva una llama de esperanza. Juntos, lanzan un contraataque desesperado, combinando sus habilidades únicas en un asalto sincronizado que Spectra no puede anticipar.

La batalla ruge, y cada movimiento es un riesgo calculado. Lord Bug distrae a Spectra con una serie de maniobras evasivas, mientras Kitty Noir, recuperando su agilidad felina, encuentra la apertura que necesitan. Con un salto ágil, desarma a la villana y la inmoviliza con una red de energía, cortesía del yoyo mágico de Lord Bug.

La victoria es agridulce. Aunque han derrotado a Spectra, las heridas de Kitty Noir son un recordatorio sombrío de lo cerca que estuvieron del desastre. Mientras se alejan de la plaza, apoyándose mutuamente, saben que esta batalla no será la última.

Con Spectra finalmente derrotada, Lord Bug creyó que lo mejor que podían hacer por los momentos es olvidarse de el tema y continuar con su amistad tal como si nada hubiera pasado.