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En el corazón palpitante de París, la ciudad de la luz y la moda, un nuevo mal se cernía en las sombras. Scarlett Shadow, una vez aclamado como el genio detrás de las pasarelas más deslumbrantes, ahora caminaba con un aura de oscuridad y venganza.

Una noche particularmente fría, cuando las estrellas parecían esconderse de la amenaza que acechaba. Scarlett Shadow, con su capa ondeante y ojos ardientes de furia, se infiltró en el estudio de moda de su rival. Con cada paso, hilos escarlata se desprendían de sus dedos, enredándose en las creaciones que una vez fueron suyas.

Lordbug y Kitty Noir, alertados por el desequilibrio de la ciudad, se lanzaron al encuentro del villano.

Al llegar, se encontraron con un salón de espejos, cada reflejo mostrando una versión distorsionada de sus mayores temores.

—¡Esto tiene que ser una broma!— Exclamó Lordbug mientras esquivaba los hilos que buscaban aprisionarla.

Kitty Noir, con su astucia característica, intentó acercarse al villano, pero fue recibido por una ilusión que la transportó a un mundo donde ella era la villana y Scarlett Shadow el héroe.

Esto hizo que bajara la guardia, quedando totalmente absorta en su mente. Lordbug se alarmó al ver cómo algunas lágrimas empezaban a caer por las mejillas de la chica, ella en medio de la ilusión cayó de rodillas al suelo, comenzando a sollozar inconsolablemente.

—¡Kitty!— Lordbug corrió hasta ella y comenzó a sacudirla, tratando de liberarla de aquella ensoñación, sin mucho éxito.

Mientras tanto, Scarlett Shadow continuaba su ritual, absorbiendo la esencia creativa de cada prenda, cada diseño robado, fortaleciéndose con cada talento sustraído. En un movimiento rápido y guiado por la desesperación de no poder ayudar enredó su yoyo entorno al villano y gritó:

—¡Detente! ¡Déjala ya!

Sus peticiones se cortaron enseguida al ver como la heroína se levanta lentamente del suelo y se acercaba, en una especie de trance, al villano, sus ojos se abrieron como platos al ver que las intenciones de su compañera eran darle su anillo al subordinado de Papillon.

Sin saber a qué más recurrir vociferó:

—¡Te dejaré ir!

Scarlett Shadow sonrió y el caminar de Kitty se detuvo.

—Te escucho... —Pronunció, bastante interesado en la oferta de escapar de la telaraña que había formado el yoyo.

—Sólo está vez...—Lordbug titubeó, no debía hacer esto pero sus sentimientos se estaban sobreponiendo a su deber —. Déjala, por favor.

Miró el rostro inexpresivo de su compañera por el cual aún resbalaban las lágrimas.

—Necesito mi mano para deshacerlo —Dijo el villano con tono burlón y a Lordbug no le quedó de otra más que aflojar el agarre del yoyo.

Scarlett Shadow chasqueó sus dedos dos veces y luego se esfumó, al igual que todos los diseños de moda que se encontraban en el lugar.

El héroe moteado salió corriendo junto a su compañera.

—¿Estás bien? —Le cuestionó preocupado.

Ella lo miró, sus ojos aún brillosos por las lágrimas, y sin medir palabra, se lanzó a sus brazos, tratando de ahogar sus sollozos.

—Tranquila, ya pasó... —Susurró con cariño mientras acariciaba su cabello y le daba un hombro para llorar.

...

—¡No se vaya, son las noticias! A continuación tendremos una entrevista con Jean Clo, el asistente del famoso diseñador de modas que desapareció hace poco, pero antes unos mensajes de nuestros patrocinadores.

Apagó él televisor y tiró el control por ahí. Aún se encontraba procesando lo que había pasado hace tan solo unas horas, y aún se preguntaba si había sido buena idea dejar que Kitty se fuera sola luego del incidente.

Suspiró y se pasó una mano por el rostro, al menos ya sabía quién sería su primera opción para obtener más información del akuma.

Sombras sobre París Donde viven las historias. Descúbrelo ahora