IX

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Finalmente llegaron al estudio de Jean, la sangre de Kitty hirviendo en cólera.

¿Cómo se había atrevido a usarla de esa manera?

Mientras tanto Lordbug la seguía, manteniéndose a raya de la situación, conocía bien el carácter de su compañera, la determinación e impulsividad con la que solía actuar... pero nunca la había visto tan enojada.

La heroína entró al estudio sin preguntar, furiosa, su mirada escaneó la sala en busca del castaño, al segundo lo encontró de espaldas, junto a un maniquí, arreglando un vestido con las mismas características de su traje, eso solo la molesto más.

—¡Jean Clo! —Lo llamó.

—Oh, mi querida musa... —Las palabras del hombre se quedaron atrapadas en su garganta al voltear y encontrarse con la expresión de la chica.

Ella se acercó rápidamente, cada paso resonando en el suelo de madera bien pulida, cuando estuvo frente a él lo tomó del cuello de la camisa blanca y tiro de él.

—Explícame como se te vino a ocurrir que manipularme sería buena idea —Kitty, aunque notoriamente más baja que él, tenía la situación en control, Lordbug mantenía la distancia de manera prudente, observando en silencio, era obvio que su compañera no requería ayuda.

El castaño tragó saliva, encontrándose entre la espada y la pared, sintiéndose descubierto.

—¿De qué hablas, querida? –Jean preguntó con una calma muy distinta al miedo que sus ojos reflejaban. Su mejor estrategia en ese momento era hacerle el desentendido.

Kitty sonrió amargamente.

—Oh, ¿Quieres saber de lo que hablo? —Su agarre se volvió más fuerte y la calma abandonó el rostro de Jean Clo al sentir como sus pies se depegaban gradualmente del suelo —Deberíamos salir a ver las estrellas, ¿no crees, Jean? ¿Qué tan cerca quieres verlas esta noche?

El terror invadió el rostro del diseñador cuando Kitty comenzó a caminar en dirección a la ventana, aún sosteniéndolo del cuello de la camisa.

—Kitty, lo siento, todo fue un malentendido... —Rogó, colocando sus manos sobre las de la chica intentando deshacer el agarre.

—Acepté tener una cita contigo para que me dieras la información, decidí confiar en tí ¿Y qué hiciste tú? ¡Manipularme! Hacerme dudar de todos mis ideales, ¿sólo porque dices que sientes algo por mi? ¿Te parece justo jugar así con las emociones de alguien?

Lordbug, al ver lo rápido que la situación decidió intervenir antes de que algo mayor sucediera.

—Kitty, necesitamos la información —Lordbug trató de ser la voz de la razón.

Con un suspiro de resignación la rubia lo dejó en el suelo.

—Más te vale darnos toda la información de Scarlett Shadow.

Jean permaneció sentado en el suelo, tocando su cuello y respirando agitadamente,  en ningún momento Kitty Noir había obstruido su respiración, sin embargo el terror no lo dejaba ni respirar bien.

—Charles quiere... quiere apoderarse de la industria de la moda, el no robo los diseños, solo los recuperó, utilizará el próximo desfile para que sus prendas se esparzan en París, todo aquél que porte sus diseño se convertirá en su subordinado.

—Esto suena cómo algo más complejo que un simple akuma —Lordbug se encontraba pensativo en la información que acababa de recibir.

—Cómo todo esto sea una mentira... —Comenzó Kitty.

—Es la verdad —Interrumpió Jean—, lo demás está en la tarjeta de memoria junto a la mesa.

Ella busco el objeto mencionado y al encontrarlo salió del lugar, sin querer saber nada más del diseñador, segura de que su mejor opción era concentrarse en la misión.

En cuanto Lordbug se quedó a solas con Jean Clo.

La furia que había contenido mientras apoyaba a su compañera ahora se desataba con una intensidad fría y calculada. Se acercó a Jean, aún en el suelo, y se inclinó hasta que quedaron viéndose a los ojos.

—Escúchame bien, Jean —la voz de Lordbug era baja pero con timbre de enojo notorio —Lo que has hecho hoy no tiene perdón. Has jugado con los sentimientos y la confianza de alguien que a pesar de todo decidió confiar en tí

Jean abrió la boca con la intención de excusarse, pero Lordbug levantó una mano, deteniéndolo en seco.

—No quiero ni necesito tus excusas. Lo que tú debes entender es que si vuelves a poner en peligro a Kitty, si vuelves a lastimarla de alguna manera, incluso si te acercas a ella sin su permiso, no habrá lugar en París dónde puedas esconderte ¿Lo he dejado claro?

Lordbug no era alguien que hiciera advertencias en vano, y Jean lo sabía.

Asintió lentamente, con la mirada baja y el azabache salió de ahí dispuesto a reunirse con su compañera con el fin crear una estrategia para detener a Scarlett Shadow.

Sombras sobre París Donde viven las historias. Descúbrelo ahora