Sombras sobre París

XXIV

Nuevamente era fin de semana.

Para cualquiera significaba dos días de un merecido descanso por el trabajo realizado de lunes a viernes.

Bueno, para nuestro héroes no era el caso.

Llegó al lugar con un café en la mano y un bostezo a medio camino, ¿Podían culparlo? Después de todo eran las cuatro de la mañana. Luego de ésto tendría una conversación importante con la señora Ramier.

BarkKnight ya se encontraba en la escena atacando a Hiedra con una energía que no entendía de dónde sacaba.

Tenía sentido ya que el pelirrojo sólo la había enfrentado dos veces.

Eperense nada más que llegue a la vigésimo cuarta vez.

Tiró el vaso desechable a un cesto cercano y llegó al lado de BarkKnight sin mucha prisa.

—¡Lordbug, Hiedra hirió a Kitty! —Avisó el de características caninas en cuanto lo vió llegar a su lado, señalando la azotea de un edificio —Yo me encargo, ve con ella.

Era imposible, Hiedra no podía herir a Kitty Noir, al menos no lo suficiente para dejarla fuera de combate.

La luz de la luna era opaca por lo que no se veía muy bien pero en cuanto se acercó pudó divisar una silueta tirada en el suelo. Su corazón se detuvo por un momento imaginándose lo peor.

Caminó unos cuantos pasos más, el cabello rubio brillaba con los escasos rayos de luz lunar. Dió unos pasos más y entonces los escucho.

—"En cuanto al tema del amor para Piscis Hoy es un buen día para fortalecer tus relaciones. Si tienes pareja, muestra tu aprecio y gratitud por todo lo que hace por ti. Si estás soltero, podrías encontrar a alguien especial dentro de tu círculo de trabajo más pronto de lo que esperas"

Así es, estaba viendo el horóscopo desde su cat-móvil. Acostada en la azotea como si no pudiera más con su vida y por supuesto, sin un solo rasguño.

El moteado se cruzó de brazos y se aclaró la garganta ruidosamente para llamar la atención de la chica.

La oji-verde de sobresaltó y su bastón salió despedido de sus manos, ella rápidamente cerró los ojos y sacó la lengua, fingiendo su muerte.

A pesar de su actuación se escuchaba a lo lejos:

—"Es posible que sientas que tus esfuerzos no están dando frutos, pero los resultados te demostrarán lo contrario. Sigue adelante con tus proyectos, aunque las cosas no se solucionen tan rápido como quisieras."

Él bajo a su altura, poniendose en cuclillas a su lado, con una ceja levantada.

—¿Tienes idea del susto que le sacaste al pobre BarkKnight?

Ella abrió un ojo y luego sonrió nerviosa.

—Son las cuatro de la mañana, yo ya no estoy para esas cosas —Dramatizó—, él está más joven.

Lordbug no pudo evitar sonreír.

—¿En serio estabas viendo el horóscopo?

—Juro que luego de la lectura de Piscis lo iba a ayudar —Se excusó ella.

El azabache la ayudó a levantarse.

—No tienes remedio —Negó con la cabeza, divertido.

—A ti sólo te molesta que no se te haya ocurrido a ti primero —Ella le guiñó un ojo.

—¡Oigan, necesito ayuda por aquí! —Gritó el pelirrojo a lo lejos mientras trataba de mantener a Hiedra a raya.

Kitty se estiró y recogió su bastón, lista para terminar con eso y volver a su hogar a dormir.