La noche parisina era el escenario de un drama palpable entre Lordbug y Kitty Noir. La luna, testigo silencioso, bañaba la escena con su luz, añadiendo un toque melancólico al tenso enfrentamiento emocional.
—Kitty, no puedes dejarte seducir por una ilusión. Jean Clo te ha engañado —Dijo Lordbug, su voz temblaba con la intensidad de sus emociones, cada palabra cargada de un peso que solo el amor verdadero podía conferir.
—Pero es tan real, Lordbug. Me siento feliz, en paz —Respondió Kitty, su voz era un susurro, un delicado hilo de sonido que parecía temer romper el hechizo que la envolvía.
—Esa paz es una mentira, una trampa que te aleja de todo lo que realmente eres —Lordbug se acercó, su mirada era un reflejo de la desesperación y la determinación que sentía, un faro en la oscuridad que buscaba guiarla de vuelta a casa.
—¿Y qué si es una trampa? Es una trampa hermosa, y estoy cansada de luchar —Kitty se alejó, su figura parecía desvanecerse en la penumbra, como si la misma noche intentara reclamarla.
—¿Cansada de luchar? Kitty, tú eres la lucha. Eres la fuerza que nos impulsa a seguir adelante. No puedes rendirte ahora, no cuando tanto depende de ti —Lordbug extendió su mano hacia ella, un gesto de súplica y promesa, como si pudiera alcanzar su alma con su tacto.
—Quizás quiero rendirme. Quizás quiero saber cómo es vivir sin esa fuerza, sin ese constante empuje hacia adelante —Kitty miró hacia el cielo, como buscando respuestas en las estrellas, su voz un murmullo de duda y anhelo.
—Vivir sin luchar no es vivir, Kitty. Es solo existir. Y tú naciste para vivir, para sentir cada momento con intensidad, para ser la heroína que todos admiran —Lordbug dio un paso adelante, decidido a romper la barrera que los separaba, su voz un himno de esperanza.
—Pero siento tanto miedo, Lordbug. Miedo de volver a esa vida de incertidumbre y dolor —Kitty confesó, su voz se quebró con la admisión, las palabras fluyendo como lágrimas no derramadas.
—El miedo es parte de la vida, pero no tiene que definirla. Juntos, podemos enfrentar ese miedo y superarlo. Juntos, somos invencibles —Lordbug la tomó de los hombros, obligándola a mirarlo, a ver la verdad en sus ojos.
—¿Juntos? —Kitty parpadeó, y por un instante, la heroína que era se asomó a través de la niebla de la ilusión, su voz un suspiro de posibilidad.
—Siempre juntos. Eso es lo que somos, Kitty. Somos un equipo, somos una unidad. Somos el equilibrio entre la luz y la oscuridad, la esperanza y la desesperación —Lordbug la atrajo hacia él, su corazón latiendo con la esperanza de alcanzarla, de salvarla de sí misma.
—Pero Jean Clo... él me mostró un camino diferente, una vida sin luchas, sin miedo —Kitty luchaba internamente, dividida entre la ilusión y la realidad, su voz un eco de conflicto.
—Un camino sin mí, sin nosotros. ¿Es eso lo que realmente quieres? Un futuro sin el calor de nuestra unión, sin la fuerza de nuestro vínculo —Lordbug la desafió, su voz era un susurro cargado de emoción, un ruego por su retorno.
—No lo sé...
Lordbug se quedó en silencio, dándose cuenta de que la batalla que enfrentaba no era contra un villano, sino contra la ilusión que había capturado el corazón de su compañera.
—Pero si tanto te preocupa, entonces demuéstrame que la realidad que defendemos es tan valiosa como la que he visto esta noche.
Él asintió, aceptando el desafío implícito en sus palabras.
—Te lo demostraré, Kitty. Te mostraré que la verdadera París es tan maravillosa como cualquier sueño que Jean Clo pueda ofrecerte —declaró, su determinación renovada.
Kitty le ofreció una sonrisa, un destello de la heroína que él conocía brillando a través de la niebla de su ensueño.
—Entonces, que así sea. Pero recuerda, Lordbug, que a veces los sueños pueden enseñarnos algo sobre la realidad.
Con un gesto de comprensión, Lordbug tomó la mano de Kitty, y juntos se adentraron en la noche, listos para redescubrir la ciudad que ambos amaban y protegían. La escena se desvanecía con ellos caminando hombro con hombro, dos siluetas contra el lienzo de París, decididos a encontrar la verdad en medio de sueños y realidades.
La noche continuaba su danza silenciosa sobre París, y Lordbug, con la mano de Kitty Noir en la suya, la guiaba a través de los tejados. La ciudad, un mosaico de luz y oscuridad, parecía observarlos con curiosidad.
—Kitty, mira —dijo Lordbug, señalando hacia el río Sena, donde las aguas reflejaban las luces como si fueran gemas dispersas. —Esta es la París que defendemos, una ciudad no solo de héroes y villanos, sino de personas, de momentos, de vida.
Kitty siguió su mirada, y por un instante, la niebla de su ensueño pareció disiparse.
—Es hermoso —admitió, su voz un murmullo suave. —Pero, ¿es suficiente? Jean Clo me mostró...
—Lo que Jean Clo te mostró fue una ilusión, una fantasía —interrumpió Lordbug, su tono era suave pero firme. —La verdadera belleza de París no necesita ser embellecida con trucos. Está aquí, en su historia, en su gente, en cada amanecer que rompe el horizonte.
Kitty se volvió hacia él, su expresión era un torbellino de emociones.
—Quiero creerlo, Lordbug, realmente lo quiero. Pero después de esta noche, después de lo que he visto...
—Lo que has visto te ha cambiado, lo entiendo —dijo Lordbug, apretando su mano con más fuerza. —Pero no dejes que ese cambio te aleje de lo que realmente importa. No dejes que te aleje de ti misma.
Kitty bajó la mirada, considerando sus palabras.
—¿Y si este cambio es bueno? —preguntó, su voz era casi inaudible. —¿Y si hay una manera de ser Kitty Noir y aún así ver el mundo como Jean Clo me lo mostró?
Lordbug sonrió, un destello de esperanza en su mirada.
—Entonces encontraremos esa manera juntos. Seremos héroes que no solo luchan, sino que también sueñan. Héroes que ven la belleza en la realidad y la realidad en la belleza.
Kitty levantó la vista hacia él, y en sus ojos, Lordbug vio la determinación que había conocido desde el principio.
—Hagámoslo entonces. Encontremos esa belleza juntos —dijo, y en ese momento, la heroína que había estado adormecida dentro de ella despertó completamente.
Y juntos, fueron a hacerle frente a Jean Clo, para traer justicia y obtener de una vez por todas la información que necesitaban.
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Empezaré a actualizar dos veces a la semana: Miércoles y Sábado.
Así tengo tiempo de estudiar y a la vez creo intriga. El plan perfecto.
¿Cómo creen que reaccione Jean al ser descubierto?
¿Lordbug se pondrá modo protector?
Algo que si es seguro es que no puedes meterte con Kitty y salir impune. Esta chica es toda una fiera.
¡Los leo!.
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Sombras sobre París
FanfictionEn las azoteadas de París, donde los secretos y las leyendas cobran vida bajo el manto de la noche, emerge una nueva saga de héroes. Lordbug y Kitty Noir. Él, con la astucia de un caballero y la gracia de un héroe, y ella, con la agilidad de una gat...