XVIII

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-No sabía que te gustaran las chicas malas -Juraba que Kitty Noir tenía una ceja levantada bajo la máscara.

Había entrado por la ventana apenas Ilustra había salido.

-¿Q-qué? Oye yo no... -Trató de hablar pero la rubia estaba concentrada en revisar su habitación -¡Espera!

Muy tarde, ella ya estaba inspeccionando su mural de Adrianne Agreste.

-Oh vamos -Dijo ella con una mueca mientras tomaba entre sus manos una foto de Adrianne-, no me digas que eres fan de la princesita Agreste. Por un momento creí que tenias buen gusto -Hizo referencia a la última vez que había estado en esa casa y le guiñó un ojo, divertida.

Marcel le quitó la foto de la mano, avergonzado.

-¿Qué necesitas Kitty? -Se interpuso entre ella y él mural.

-Bueno, tu noviesita atacó al hijo de la alcaldesa Burgueois —Claramente hablaba de Ilustra.

-Tal vez lo hizo en defensa propia —Dijo y luego cayó en cuenta que no había negado lo de la novia—, quiero decir...

-¡Wow! Tranquilo, tigre -Ella bromeó levantado las manos en son de paz-, sólo digo que es un akuma y es peligroso que estés cerca de ella. Por no decir que tendrán una cita...

-¿Desde hace cuánto nos estabas viendo? -El azabache la interrumpió.

-El suficiente para saber que no puedo dejarte sin supervisión.

-Sé lo que hago, minina -Respondió él olvidando que estaba en su forma civil-, no empieces a cuestionarme ahora.

-¿Disculpa? -Ella ladeó la cabeza sintiendo un Deja-vú.

Marcel se dió cuenta de que casi lo arruina.

-E-este, me refiero a que ¿No deberías hablar la situación con Lordbug?

-Él ya está enterado -Mintió ella y Marcel se sintió orgulloso al ver como se hacía cargo de la situación de forma tan hábil-, me dió órdenes que te vigilará de cerca y eso haré -Ella se acercó un poco más y rozó la uña de su dedo índice levantadondo la barbilla de él-, ¿algún problema con la idea, prrrincipe?

Marcel negó con la cabeza, sintiendo sus mejillas enrojecer levemente.

—Pero ¡ey! —Ella sonrió—, ¡Tienes suerte de estar en manos de una heroína tan capaz como yo!

—Sí, sí, soy muy afortunado —Ironizó el azabache y si la felina lo noto de igual manera lo uso a su favor para responderle:

—Claro que lo eres —Ella le dió un pequeño golpe amistoso en su hombro para luego salir por la ventana.

Marcel, supo que se había ido lo suficientemente lejos cuando Tikki salió de su escondite.

—Creo que deberían hacer un plan verdadero entre ambos —Dijo la pequeña posándose en el hombro del chico.

Éste asintió rápidamente y dijo las palabras de transformación.

(...)

Habían pasado unos díez minutos desde que se había transformado y no veía a su compañera por ningún lado.

—Qué bueno que ibas a vigilar desde cerca... —Murmuró entre dientes.

—¿Me quieres más cerca? —Y con esas palabras Lordbug experimentó otro mini infarto.

Volteó a ver a la responsable de sus problemas cardíacos, Kitty tenía una sonrisa juguetona en sus labios.

—Se supone que tienes un cascabel —Señaló el azabache al cuello de la chica quién se encogió de hombros despreocupada.

Sombras sobre París Donde viven las historias. Descúbrelo ahora