28. ASI DEBE SER

27 5 3
                                    

˗ˏˋ ★ ˎˊ˗

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

˗ˏˋ ★ ˎˊ˗

Era de noche en Ciudad Central. Las luces de los edificios parecían tenues, como si la ciudad misma supiera que algo oscuro y definitivo estaba a punto de suceder. El viento frío arrastraba hojas secas por las calles vacías, y bajo el cielo estrellado, dos figuras se enfrentaban en medio de la vasta soledad del asfalto. Barry Allen, el hombre más rápido del mundo, se encontraba frente a Eobard Thawne, el Flash Reverso, el hombre que le había arrebatado todo.

La tensión entre ellos era palpable, densa como la niebla que flotaba en el aire.

Barry estaba lleno de rabia, el dolor de años de sufrimiento brillando en sus ojos. Sus puños estaban apretados, temblando de una ira contenida. Frente a él, el Flash Reverso se mantenía inexplicablemente sereno, pero dentro de él, una tormenta más poderosa que el enfrentamiento que estaba por comenzar lo consumía.

No podía pensar en Barry. No podía concentrarse en la pelea que había esperado durante tanto tiempo. Sus ojos escaneaban la oscuridad a su alrededor, buscando una figura que no estaba allí.

Esme.

Su diosa de oro, la mujer que más había herido, la única que tenía el poder de destruirlo de verdad. Todo lo que había hecho, todas las mentiras que había construido, habían sido por un objetivo mayor, o eso se repetía para convencerse. Pero cuando la conoció, todo cambió. Ahora, en esta noche en la que se decidiría el destino de todo, solo podía pensar en ella, en las palabras que le había dicho antes de marcharse:

" A partir de este momento... si te vuelvo a ver... será para vengarme"

Sus palabras lo quemaban como brasas encendidas en su pecho, porque sabía que era verdad. Esa promesa de venganza lo atormentaba cada noche. La idea de enfrentarse a Barry, el hombre que se suponía era su mayor enemigo, ya no importaba tanto. Lo que realmente lo aterraba era lo que pasaría cuando Esme lo encontrara.

—¿Qué te pasa, Thawne? —la voz de Barry lo sacó de sus pensamientos. El tono estaba cargado de furia—. ¿No ibas a pelear conmigo? ¿O acaso tienes miedo?

Eobard apenas lo escuchaba. Sus ojos seguían vagando, casi desesperados. "¿Dónde está?", se preguntaba con una sensación creciente de angustia. Cada segundo que pasaba sin verla era como una cuchillada. El enfrentamiento que había planeado durante años, la gran pelea final con Barry, de repente parecía insignificante.

Solo una cosa importaba: Esme. Su perdón. O al menos, enfrentarla por última vez.

—Esme no está aquí, Thawne. —Barry habló con más calma, como si también lo entendiera en el fondo—. No vas a encontrarla. No después de lo que le hiciste.

Eobard cerró los ojos por un momento, dejando que las palabras de Barry se hundieran. Sabía que había destruido algo hermoso. Sabía que sus mentiras la habían destrozado.

ECHO| Eobard ThawneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora