El viaje en avión no duró más que una hora. Pudo ver por primera vez a Liam vulnerable y despreocupado, todo lo contrario a como ella se había sentido durante todo el trayecto. Parecía que volar lo relajaba.
Llegaron al palacio de Lyene a las dos de la mañana. Habían accedido por el patio trasero que estaba cubierto de rosales y helechos, parecía en desuso pero había una puerta de madera que conducía al personal a sus áreas de trabajo y correspondientes habitaciones.
Lyene tenía la peculiaridad de ser una región húmeda, el aire era frío a pesar de aun estar en una estación calurosa. Ariadne disfrutaba mucho de ese ambiente, tanto era su encanto por el cielo grisáceo púrpura de la región que se planteó pedir permiso para quedarse unos instantes más apreciando el paisaje que le ofrecía el desarreglado jardín.
Por su puesto Liam se percató de su distracción y se plantó frente a ella.
-Le puede dar un resfriado.- Liam tenía los ojos ligeramente enrojecidos y entrecerrados. No estaba del todo despierto y aún así no dejaba de darle órdenes.
-Ya entro.- respondió Ariadne tajante.
-¿Por qué tengo la impresión de que está molesta?.- preguntó Liam tomándola por los hombros para que caminara más rápido pues los guardias ya iban a cerrar la puerta.
-¿Molesta? Creo que tienes una impresión errónea, solo estaba embelesada con el ambiente.- explicó Ariadne intentando sonar lo más tranquila posible. Lo más tranquila que podía estar frente a Liam.
-Podrá apreciar mejor el lugar en unas horas, debe descansar.
-¿Ya habías venido antes?.- interrogó la princesa
-No. Solo conozco la capital.
-¿Cuántos años tienes Liam?
Supo que lo había agarrado desprevenido cuando Liam le apretó los hombros.
-Tengo diecinueve, cumplo veinte este año.- respondió obediente.
-¿Repetiste de año?- en dicho punto a Ariadne no le importaba ponerlo incómodo. Ya suponía desde antes que debía ser mayor.
-No princesa. Empecé tarde mi educación secundaria.
-¿Sería atrevido de mi parte preguntar por qué?
Liam soltó algo similar a una risa y guardó silencio. No iba a responder a su pregunta.
Ariadne continuó caminando por el pasillo angosto hasta que llegaron a una pequeña sala de recepción.
Uno de los dos guardias que los habían escoltado les pidió esperar pacientemente para indicarles sus habitaciones mientras que llevarían al resto del personal con los dos jóvenes a otro piso para acomodarlos.
Piero le había hecho prometer antes de retirarse que los iría a ver cuando estuviera desocupada y eso iba a hacer. En cuanto le dijeran dónde se iba a quedar.
-¿Cómo está tu mejilla? .- preguntó Liam sin voltear a verla.
-Menos inflamada, gracias. Seguro que con la ayuda de Frank estaré mejor en un par de días.- aseguró la princesa con una media sonrisa para aligerar el ambiente.
-Volvió a lastimarse las rodillas en la carretera princesa, debe tener más cuidado.
-No es nada grave. Puedo caminar con normalidad que es lo más importante, de todas maneras voy a necesitar ropa que cubra el vendaje.- pensó Ariadne.- ¿Mi hermano te ha dado alguna otra indicación?
-Ninguna que no tuviera antes. ¿A usted le dijo algo del incidente?
-Se enojó conmigo.
-Naturalmente.
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Sirey
Science FictionEn las sombras de la misteriosa desaparición del venerado rey de Sirey, el reino se sumerge en una vorágine de incertidumbre. Edgar, el primogénito destinado a heredar el trono, se enfrenta a la desafiante tarea de mantener la cohesión del parlament...