Capítulo 26

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Amber

Desde el último incidente con Nick, Amber no había podido descansar correctamente. Cada pequeño ruido en la noche la levantaba abruptamente y tenían que pasar varios minutos para volver a conciliar el sueño. Aunque no lo admitía frente a nadie, aquellos seres que habían visto la habían asustado de sobre manera. Podía jurar que veía la figura deforme de aquel híbrido incluso cuando cerraba los ojos.

El hermano menor de Liam Causey debió pasar por algo muy similar y aun así, se lo veía menos perturbado. La facilidad con la que los niños olvidaban ciertas cosas, era impresionante.

Amber veía a Ariadne jugar y conversar alegremente con Jack en su habitación, mientras ella arreglaba unos informes que la princesa debía presentar al cabo de unas horas. Una actividad bastante sencilla que se le comenzaba a dificultar cada vez que el viento golpeaba la ventana de aquella habitación. No podía explicar cómo pero, cada pequeño sonido le hacía sentir observada.

La princesa se encontraba en bata para dormir y sentada en el frío suelo de su habitación con una expresión tranquila. Jack le contaba una historia exagerada sobre alguna de las hazañas de su hermano mientras movía con emoción uno de sus muñecos militares.

-¿Lo han visto pelear? ¡Una vez le dobló los brazos a tres militares!

-¿Ah sí? ¿Tú lo viste? .-preguntó Ariadne con una sonrisa en los labios. Era un poco complicado de creer aquella anécdota.

-No pero, el general sí. ¡Siempre dice que mi hermano es muy fuerte! Pero demasiado brusco, es un poco tonto.

Amber soltó una pequeña risa y continuó ordenando los documentos.

-Tu hermano es todo un personaje, Jack- comentó Amber con un tono cálido, sin apartar la vista de los papeles, pero dejando claro que estaba al tanto de la conversación.- Pero si alguna vez se pasa de listo, avísame. Me encargaré de darle una lección que no olvidará- bromeó, aunque su tono firme sugería que no lo decía del todo en broma.

La admiración que tenía Jack hacía su hermano era desmedida pero incluso, alguien tan pequeño como él se daba cuenta de la torpeza de Liam.

En cuanto terminó de organizar los papeles, llamó a Ariadne con una señal para que se acercara al escritorio.

La princesa se levantó del suelo con la gracia que la caracterizaba y caminó hacia la cama, donde se sentó con las piernas cruzadas, observando a Amber con curiosidad.

-¿Está todo listo?

-Sí, todo en orden -respondió Amber, aunque su tono sugería que algo más rondaba por su mente-. Solo que no he podido decidir dónde colocar estos papeles -añadió, señalando un pequeño montón de páginas arrugadas, que desprendían un aroma inusual.

En cuanto Ariadne los vio, los tomó con rapidez entre sus manos y los estrechó contra su pecho.

-No son parte del informe. Son unos documentos personales.-Se apresuró en decir la princesa con el rostro sonrojado.

Amber levantó una ceja, a punto de soltar una broma, pero justo en ese momento, los inconfundibles pasos de Liam resonaron en la habitación. Su entrada cortó cualquier comentario en seco. Vestía el traje formal de su casa diplomática, algo que había adoptado desde que sus amigos habían llegado al palacio. Parecía estar jugando más a ser un político que un militar.

Jack se puso a dar brincos y dar vueltas alrededor de Liam en cuanto lo vió, se abrazó de su pierna y no lo soltó hasta que Liam lo cargó y lo dejó sentado en la cama al lado de Ariadne.

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