Capítulo 13

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Liam

-Te he cubierto la espalda esta única vez.-advirtió Liam arreglándose la corbata frente al espejo por enésima vez en esa tarde.

-Pareces un muñeco de la Corte Real.

-No me cambies de tema Nick.- le reprochó Liam a su amigo quien se encontraba sentado en una esquina de la habitación- El General va a matarme en cuanto se entere.

-Te mataría si vieras como estas vestido.

-¿Te parece demasiado?

-Sí

Liam volvió a verse de pies a cabeza con cierta vergüenza y se rindió.

-No tengo tiempo para volver a cambiarme. Necesito sacar a la princesa de esa sesión para poder hablar con ella respecto a este asunto.

-Te has quejado de ella más veces de las que puedo contar ¿Crees que te querrá escuchar?

-¡Santo Dios, Nick! Hago lo que puedo. No se que tipo de relación extraña tengas con lady Lucille, pero Ariadne parece que es más astuta de lo que pensé. Me decepciona en parte que no me lo hayas contado antes.

-De haberlo contado ¿Le habrías dicho algo a la princesa?

-Sería mi trabajo.

-Entonces hago bien en no decírtelo- resolvió Nick poniéndose de pie y acercándose a la ventana de la oscura habitación.

-¿Te irás así sin más?

-Lucille debe estar montando un espectáculo ahí abajo, estoy seguro que no te lo querrás perder. Yo tengo que seguir patrullando.

-Antes de que te vayas como un cobarde ¿Conseguiste la medicina que necesito?

-La deje en el escritorio de Ariadne.

-¿Por qué la dejarías en su escritorio?

-Parece que lo va a necesitar más que tú.- dicho esto, Nick quien ya tenía las piernas colgando por la ventana, tomó impulso y de un brinco se lo escuchó caer en unos arbustos.

Liam viendo la hora supo que estaba llegando tarde a la sesión del duque Holmes. Un regaño más que iba a recibir de la princesita.

La capa tan extravagante del traje le parecía sumamente anticuada e innecesaria a la hora de moverse pero, sentía que sería la única manera de ser agradable a la vista de su protegida. Para la realeza en general.

Salió de su habitación con prisa procurando no toparse con la mirada de ningún guardia pues aunque a Ariadne le hubiera parecido una broma, era cierto que se había escapado de la putrefacta cueva donde los habían encerrado.

Por fin había esquivado la mirada de los guardias principales en los pasillos cuando se enfrentó nuevamente a un par de ellos frente a la puerta principal de lo que se suponía que era el salón de sesión.

-Identificación joven- le escupió el guardia más viejo a quien le faltaba el ojo derecho.

-Liam Causey, militar.

-¿Militar? No estés bromeando con nosotros jovencito, retírese ¿Cómo ha entrado aquí?

Liam giró los ojos y cansado busco entre sus bolsillos su carnet de identificación.

-Está sellado por la casa real, señor.

El guardia más joven lo tomó entre sus toscas manos y con una mirada de desdén lo analizó de pies a cabeza.

-Déjalo pasar, Parche- terminó accediendo.

Parche no era un nombre original para referirse a alguien a quien había perdido un ojo, pensó Liam mientras con una sonrisa de victoria se adentraba al salón.

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