Capítulo 12.2

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Frank le había hecho una revisión minuciosa de pies a cabeza, sus heridas no habían empeorado. Sin embargo, había notado en Ariadne un calor inusual que no se asociaba a la fiebre.

-¿Ha hecho algún sobreesfuerzo físico, princesa?.-preguntó su personal tomándola de las manos.

-Ninguno más que el de correr.

-Esa actividad no debería causarle esta carga excesiva de calor, su alteza. Está a la temperatura de un competidor de los Juegos Solares en pleno combate, no es algo normal.

-Puede ser el estrés.- Ariadne intentó minimizar el asunto.

-Estará en observación hasta que pueda descifrar de qué se trata, su alteza.

Frank concentrado en sus anotaciones se dio la vuelta y se sentó en el pequeño escritorio de su habitación y comenzó a escribir.

-Tengo que retirarme.- anunció Ariadne dirigiéndose a la puerta apresurada.

-Antes de que se vaya ¿Dónde están los demás? ¿No llegaron con usted?

-Tuvimos un percance. Dígale a la señorita Serena que llegarán para la hora de la cena.

Frank sin hacerle más preguntas la dejó retirarse y Ariadne alterada salió corriendo a su habitación a buscar desenfrenadamente sus guantes ¿Los había empacado? Celeste siempre los dejaba a la vista para cualquier emergencia, debía haberlo hecho.

Cuando encontró los guantes blancos, se apresuró en ponerlos y cambiarse de ropa. Estaba dejando un desastre detrás de ella pero, no quería sumar impuntualidad a la lista de quejas que debía de tener Benjamin Holmes.

Se había sentado en la cama y por fin había logrado abotonarse la blusa sin ayuda cuando una voz detrás de la puerta la alteró.

-Ya regrese.

-¿Tendrías la gentileza de tocar antes?

-Dejaste junta la puerta.- señaló Liam aun estando detrás de ella.

-Me estaba terminando de vestir.

-Más razón para cerrarla.

Liam azotó la puerta y se apoyó en ella.

-¿Cómo saliste?

-Me escapé.-dijo Liam como si de una cosa leve se tratase.

-Estás bromeando ¿cierto? Vi la cantidad de seguridad que había.

-Piero y Amber deben estar regresando en un par de horas, princesa. Estaré presente en su audiencia.

Ariadne giró con rapidez y lo miró de pies a cabeza. Sumada a las manchas de lodo que tenía en los zapatos y el pantalón, ahora tenía el polvo que se fue desprendiendo cuando el salón del museo colapsó.

-Tienes cinco minutos para ir a vestirte decentemente Causey. No me interesa si con un traje militar del siglo pasado, pero necesito que estés presentable.

Liam giró los ojos y desinteresado camino hacía el desorden de ropa que Ariadne había dejado.

-Me habías hecho una pregunta antes de que pasara aquello. Quiero responderte.

-Se breve.- Ariadne hubiera disponer de más tiempo para hacer preguntas pero, su prioridad era esclarecer lo sucedido con su tío.

-No lo sé, es una respuesta breve. Con quien me encontré es un informante con quien trabajo hace no mucho. Me gustaría saber cómo te enteraste que se trataba del informante a quien fui a ver.

-Me guardo esa información.- respondió Ariadne mientras cepillaba su cabello con rapidez provocando que las cerdas le lastimaran el cuero cabelludo.

-¿Cree que podremos conversar sobre esto después?

SireyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora