Capítulo 13.2

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Liam se comenzó a desesperar y tomó a Ariadne en sus brazos. En cuanto la tuvo tan cerca se percató que el calor no era un tema exclusivo de sus manos, todo su cuerpo estaba ardiendo.

Busco el camino a las escaleras menos transitado y corrió hacia ellas mirando el rostro de la princesa con preocupación ¿Qué le había pasado? ¿Desde cuándo se encontraba en esa condición?

Cuando llegó a la habitación la tendió con suavidad en la cama y alarmado vio que la blusa de Ariadne estaba ensangrentada por la parte del pecho.

-¿Cómo...

-Trae a Frank.- pidió la princesa sollozando.

Liam recordó de las pastillas que Nick le había traído. Salió disparado hacia el escritorio a tomar la medicina y corrió lo más rápido que le permitía el ridículo traje en busca del médico.

Golpeó la puerta con agresividad y en cuánto vió el rostro extrañado de Frank, lo tomó del brazo y lo sacó de su habitación.

-¿Qué te pasa? ¡Suéltame!- exclamó el médico forcejeando.

-Ariadne. No se que tiene, ¡su pecho está sangrando!

Frank lo miró atónito, se adentró en su habitación para agarrar su maletín de emergencias y ambos se echaron a correr.

Liam no podía dejar de sentirse culpable ¿Cómo no se había dado cuenta antes? Incluso el idiota de Nick que había estado espiando a Ariadne lo noto.

En cuanto entraron a la habitación una escena desgarradora lo conmovió. En el breve lapso de tiempo en el que se ausentó, Ariadne había intentado detener su sangrado cubriéndose el pecho con las sábanas.

-¡Dios mío! .- Frank horrorizado la destapó con brusquedad dejándola expuesta.

Liam agacho la mirada e impaciente espero alguna otra reacción por parte del médico.

-¡Señorita, debió decirme que aún se sentía mal! Voy a necesitar un vendaje y... ¡Tú! Dame eso que traes en la mano.

Liam sin mirar a Ariadne extendió las pastillas hacía Frank.

-¿Es esta su medicina, su alteza? Debió tomarla a tiempo. Respire, voy a curar su herida y con la medicina se sentirá mejor.

Frank abrió su maletín y se puso con rapidez unos guantes quirúrgicos. Abrió un vendaje nuevo y con delicadeza fue envolviendo el pecho de Ariadne.

Se sentía prepotente en no poder hacer nada más por ella. En cuanto Frank la comenzó a vendar la princesa soltó un chillido de dolor seguido por lamentos, le dolía demasiado. Liam pudo notar que tenía un brazo encima de su rostro para amortiguar las lágrimas que estaba soltando.

Sintió un impulso de golpear a Frank por no poder cesar aquella tortura que debía ser para Ariadne no tener algun análgesico.

En cuanto el médico la terminó de cubrir Liam se acercó.

-¿Qué es lo que tiene?

-La princesa sufre de un arrebato muy severo de fuerza.- respondió Frank alistando una aguja a su lado.- Quiere decir que su cuerpo se encuentra en estado de defensa constante, por eso que su cuerpo está tan caliente. Necesitamos nivelar su fuerza.

-¿Y el sangrado? ¿Te fue a ver con anterioridad y no lo notaste?

-Cuando la revisé no se encontraba así. El sangrado de su pecho se debe a que precisamente aquí es donde surge su fuerza.- señaló Frank el pecho de Ariadne y el militar volvió a desviar la mirada.

Frank tomó el brazo que estaba encima del rostro de la princesa y lo acaricio.-Necesito ponerle la medicina, su alteza.

Ariadne cerraba los ojos con fuerza mientras dejaba caer lágrimas de dolor.

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