Capítulo 18

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—Se supone que deberías decirme que me estoy volviendo loca y que esto es producto de mi fantasiosa mente creativa —protestó Amara ante la atenta mirada de Esteban que no le quitaba los ojos de encima. Estaba en su tienda de ropa, sentada en la banqueta alta de madera blanca a su lado. Había llegado trotando hasta la aldea central de Aguas Negras. Le había contado algo al muchacho que pensaba que iba a tener otro impacto. La noche luego de la cena en su casa se había repetido que no iba a decirle nada sobre el asunto, pero no pudo contenerse. Necesitaba comprobar si todavía quedaba algo de cordura en ella.

—¿Por qué debería decir algo que no siento ni pienso? —replicó él cruzándose de brazos. Sus bíceps cubiertos de piel clara se habían hinchado. A veces se olvidaba de lo sensual que era su amigo. No podía culpar a Finn Svensen de sentir atracción por él—. Me parece lógico. Creo que has encontrado la respuesta. Sino que nos encierren por demencia a los dos. Además, si tú te crees con derecho de venir a soltar una bomba como esa, yo también tengo la libertad de reaccionar como me parece.

—Es que no puedes pensar de manera lógica. Eres fanático de mis novelas, Esteban. Lees libros donde semidioses y dioses antiguos existen como cualquiera de nosotros. Diría que devoras esas sagas. No eres el indicado para opinar sobre esto.

—¿Entonces por qué viniste a decirme que crees que los Svensen son vampiros? Ahora sí diré lo que estabas deseando escuchar: estás loca. ¡Aclara tu mente, nena!

—Lo siento —suspiró Amara y miró por el ventanal de cristal, intentando en vano aclarar sus ideas mientras daba golpeteos con los dedos sobre el mostrador—. Quedé alterada con la fiesta y me encerré todo el fin de semana dándole vueltas al asunto. No he dormido mucho.

—Ya sé. No respondiste mis mensajes —dijo él y comenzó a tipear algo en el teclado de su computadora—. El domingo fue de bajón sin ti y Finn no apareció en todo el fin de semana.

—Perdón —dijo ella acariciando el brazo de su amigo. De seguro Viggo les había prohibido a sus hermanos que se involucraran con ellos. Estaba cumpliendo con su palabra. A pesar de que Esteban estaba triste por eso, ella se sintió más tranquila—. Es que no dejé de pensar en esto y no quería involucrarte.

—Amara... —dijo Esteban en un suspiro y la miró con el rostro vestido de compresión—. La noche que me conociste caí junto a tu puerta con mi camiseta manchada de sangre y sin saber qué demonios había sucedido. Te recuerdo que eso me pasó luego de estar trotando cerca de la mansión Svensen. Si tienes certeza de algo, o alguna teoría, por más alocada que sea, me ayudaría a entender qué me pasó aquella noche. Por eso te creo. No niego que Finn me parece la criatura más sexy y caliente que he visto en mi vida, pero tampoco puedo pasar por alto el hecho de que uno parece comportarse como idiota alrededor de ellos. O nos drogan con alguna sustancia rara en el aire que traen de Escandinavia y aquí no existe todavía o no sé qué hacen. Si tienes algo que decir, dilo. ¿Qué es lo que viste esa noche?

—Está bien. Todo sucedió antes de que tú y yo volviéramos a encontrarnos en el patio de mi casa cuando los tres hermanitos ya se habían marchado. Todos me dejaron cenando sola. La primera en irse fue Seren y se llevó al mozo con ella. Luego se marchó Viggo con la moza y al final, Finn se alejó de la casa contigo.

—Sí. Cuando antes te dije que él era caliente es porque cuando nos fuimos él me llevó a la oscuridad y me...

—¡Basta! No necesitas explicar —interrumpió Amara y negó con la cabeza, levantando una mano para detenerlo—. Me lo puedo imaginar. Alguna especie de hechizo pareció romperse cuando todos me abandonaron. Dejé de estar en una actitud sumisa y pasé al enojo para salir a buscarlos.

—¿Por qué te enojaste? —cuestionó Esteban con interés, dejando de escribir en el teclado y la miró a los ojos.

—Porque me dejaron sola. Se sintió pésimo. Seren me forzó a dar esa cena y luego todos se fueron. Como lo hacían mis amigas durante la secundaria. Incluso me enojé contigo. A ver, entiendo que Finn es sexy, pero me pareció tan raro que todos se fueran. Hasta que Viggo me contó su verdad después de descubrirlo.

Condena de sangre [Escarlata #1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora