Un puck y un libro (2)

70 14 17
                                    



Hange aguardaba en la biblioteca la llegada de Levi para sus clases de matemáticas. Media hora había transcurrido desde la hora acordada, y ella, impaciente, decidió acomodarse en la mesa y cerrar los ojos un instante. Sin darse cuenta, se quedó dormida. Una mano suave acarició su cabeza, despertándola con un leve movimiento. 


- Hey, cuatro ojos, despierta


 Hange abrió los ojos confundida, desorientada por el repentino despertar. Miró a su alrededor y se percató de que aún se encontraba en la biblioteca. Frente a ella estaba Levi, con el cabello húmedo, la chaqueta del equipo de hockey y su mochila colgada al hombro.


- Perdón por interrumpir tu agradable sueño conmigo, pero era hora de despertar. Estabas haciendo bastante ruido. -  Levi sonrió con picardía.

- No me di cuenta de que me había quedado dormida.- Hange se sonrojó levemente, avergonzada. - Además ni siquiera estaba soñando en ti... ni en mis peores pesadillas Ackerman

-Como sea, soy un gusto que no todos pueden darse  - Se coloco en la silla, sacando sus cosas.- ¿Empezamos?

- Llegas tarde y yo debo ir a comprar al Minimarket. Hoy debo hacer la cena - Se puso de pie guardando sus cosas.

- Te acompaño, debo ir a comprar también  -Levi guardo sus cosas rápidamente


Levi acompaña a Hange a pesar de que se negaba. Llegan al supermercado a las 4:43 pm, el sol aún brilla alto en el cielo, pero Hange ya se siente ansiosa por la cena. Su madre llegará a las 8:00 pm y seguro estará hambrienta.

Con paso apresurado, Hange se adentra en los corredores del supermercado, buscando la pasta y la salsa de tomate. Levi la sigue en silencio, en la sección de salsas, Hange se detiene frente a una variedad de sabores, indecisa sobre cuál elegir. Levi se acerca y le ofrece una sugerencia.


 - La salsa pesto de esta marca es muy buena.

-Pero es muy cara, no me alcanza.



Mientras Hange coloca la pasta de tomate en una canasta, siente una mano suave deslizarse en su bolsillo. Se gira sorprendida y ve a Levi mirándola con una expresión traviesa. 


- Que nadie te vea-  susurra el chico, guiñándole un ojo. 


Hange abre el bolsillo y encuentra una pequeña caja de chocolate negro, Un rubor se apodera de sus mejillas, mientras Levi toma algunas cosas colocando en sus bolsillos, la castaña se pone nerviosa ¿Por qué esta robando? Además ella era su cómplice.  Quería decirle que no hiciera eso, pero él era muy rápido con sus manos, Hange fue a la caja registradora para poder pagar su salta y fideos. El pelinegro solo salió detrás de unas personas que llevaban varias fundas el detector sonó, pero detuvieron a la señora con varias fundas.

Al salir Hange lo encontró en la pared apoyado comiendo unas frituras, él se coloco a su lado y le quito despacio la mochila a Hange, empezando a meter algunas cosas en esta, entre ellas la salsa pesto.


- Eso es robado, yo no puedo aceptarlo

- Es mi agradecimiento porque me estas ayudando en matemáticas, además la compañía de Minimarket gana muy bien, ni se dieron cuenta. Acepta esto por favor, no tengo que mas pagarte.

LEVIHAN HISTORIAS CORTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora