Una misión con llantos y fantasías (2)

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Leo gateaba por el bosque, explorando cada rincón con su inagotable curiosidad. Sus pequeñas manos tocaban las flores, las hojas y la tierra, sin saber que estaba en un mundo cruel habitado por titanes,  sus ojos observaban todo con atención. De repente, Leo se dio cuenta de que estaba solo. Se levantó tambaleándose y comenzó a buscar a Levi y Hange

Levi, que había estado observando a Leo desde la distancia, se acercó rápidamente. Encontró al bebé llorando bajo un árbol, con la cara llena de lágrimas. Levi tomó a Leo en sus brazos y lo acunó suavemente en sus brazos, camino hasta donde estaba Hange que lucía desesperada buscando a Leo por las rocas, por el pasto crecido, incluso la vio subir a cada árbol como una desquiciada. 


- Oi Cuatro ojos, aquí esta el mocoso

- OHHHH LEVI LO ENCONTRATASTE, BUEN TRABAJO

- No grites. -Rodo los ojos con desagrado, tomo al bebé y se lo entrego. - Es hora de irse


Levi silbó varias veces, para conseguir que su caballo regresará por ellos, un corcel negro galopaba con fuerza aproximándose a la pareja. Levi se subió primero,  Hange le entrego a Leo, para subir detrás,  se aferro a su cintura tratando de no perder el equilibrio, Levi entrego al pequeño Leo y se puso en marcha, debían ser cautelosos y rápidos en cualquier momento podían asomar titanes y devorarlos, además la carga de gas estaba casi agotada.

El viento agitaba el cabello castaño de Hange, le llenaba la cara de polvo, pero eso no importaba Leo estaba seguro y no tardarían mucho en llegar, tomo un poco de fruta de su bolso, para dárselo al pequeño, casi se cae por lo que sujeto mas fuerte a Levi que soltó su característico "TSK".

A pesar de la tensión, Hange no podía evitar sentir una extraña sensación de calma al estar junto a Levi. Su presencia la tranquilizaba, le daba la seguridad de que no estaban solos en esta lucha, además notaba ciertas cosas que jamás se había fijado, Levi tenía unos hermosos ojos, un abdomen de infarto, unas lindas manos, su cabello negro resaltaba mucho sus facciones, quería tocar su cabello, no pudo resistirse al impulso y mientras cabalgaban paso su mano.


- Oi, Oi ¿Qué haces con tus manos cuatro ojos?

- Quería tocar tu cabello, es muy suave...

- Eso es porque yo si me baño todos los días.


Leo vio con curiosidad, con sus pequeñas manos tomo el cabello de Levi jaloneando y riendo.

- A Leo le gusta también, creo que debo ir al baño

- ¿Ahora? Esta bien, pero apúrate gafas

El pelinegro hizo parar al caballo, para que Hange se fuera detrás de unos arbustos, sostuvo a Leo que lucía tranquilo, esperaba no tardará mucho, pues algún titán podía asomar, el pequeño balbuceo algo que Levi no entendió, lo único que quería era llegar y entregar al mocoso a sus abuelos, de pronto Leo agarro las mejillas de Levi y lo vio fijamente a los ojos, al pelinegro pensó entonces ¿Qué tal si Hange y él tendría que cuidar a Leo como familia? 

A su mente vino la imagen de Hange cocinando todos los días mientras el se dedicaba a limpiar y trabajar, pero ¿Para que demonios se imaginaba una vida de casados con ella? Sacudió esos pensamientos.


- ¿Hange, acabaste de cagar? 

- Sí...


LEVIHAN HISTORIAS CORTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora