Un puck y un libro

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El silencio expectante se apoderó del aula cuando Levi Ackerman entró con paso firme. Su fama lo precedía, susurros y miradas furtivas lo seguían a cada paso. Los rumores de su antiguo colegio lo pintaban como un diablo con rostro angelical, un mujeriego empedernido, un chico rebelde con un piercing y un tatuaje, una fuente inagotable de problemas.

Levi, ajeno al murmullo que lo rodeaba, se dirigió al asiento del frente, tal como habían ordenado los profesores. Su mirada penetrante recorrió la sala, clavándose en los ojos de cada uno de sus compañeros. Algunos lo desafiaban con descaro, otros se encogían en sus asientos, intimidados por su aura imponente. Moblit alejo un poco su pupitre, mientras Petra acomodaba su cabello de forma coqueta.

La profesora de literatura, una mujer de mediana edad con mirada severa, tosió para llamar la atención del grupo.

-Bienvenidos a primero de preparatoria-  comenzó con voz firme. - Este año tenemos un nuevo compañero - Levi Ackerman. Levi, por favor, preséntate.

- Me llamo Levi Ackerman-  dijo con voz grave, sin dar más detalles.

La profesora asintió, sin inmutarse por su actitud hostil.

- Levi, espero que te adaptes rápidamente a nuestro colegio -  dijo con un tono que no admitía réplica. - Aquí tenemos reglas que se deben cumplir. Te sugiero que las leas con atención para evitar problemas.

Levi la miró con una ceja levantada, sin decir palabra.

La clase continuó con normalidad, pero la presencia de Levi era como una piedra en el zapato. Su aura de misterio y rebeldía inquietaba a los demás estudiantes, dividiendo al grupo entre aquellos que lo admiraban por su actitud desafiante y aquellos que lo temían por su pasado turbulento. Las chicas coqueteaban con él por los pasillos, pero no llamaban su atención, el chico siempre era recogido por su tío Kenny en un auto BMW Serie 4 Convertible plateado, todos se quedaban boquiabiertos.

Pasaron los días y Levi dio las pruebas, para el equipo de Hockey de la preparatoria, Zeke como capitán no daba fe de que alguien como Levi Ackerman fuera bueno en aquel deporte, era muy bajo de estatura y seguro era fácil de derrotar, sin embargo se impresiono por la destreza del pelinegro con el bastón y el puck. En menos de 20 minutos anoto tres goles, de manera precisa que le permitió a Levi Ackerman entrar al equipo.

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Hange Zoë, la presidenta del club de biología, era una chica que desafiaba cualquier definición convencional. Su energía desbordante y su curiosidad insaciable la convertían en un torbellino de ideas y proyectos, sus profesores le encargaban varias tareas, incluso el profesor de matemáticas dejaba que diera las explicaciones en su lugar.

Mientras sus amigas suspiraban y tiraban baba por Levi Ackerman o cualquier otro de sus compañeros. Hange no le daba importancia a las relaciones amorosos. Ella prefería un laboratorio, un libro o quedarse en su cama durmiendo un poco. 

Hange guardaba un secreto, su intelecto excepcional. Sus capacidades intelectuales la colocaban a años luz de sus compañeros, permitiéndole navegar con facilidad por las complejidades de la ciencia. Sin embargo, ella quería ser una adolescente normal, había convencido a su madre de no adelantar sus estudios y permanecer en la preparatoria.


Mientras experimentaba con Eren un muchacho menor a ella que siempre le ayudaba siendo su sujeto de pruebas para sus locuras, escucha la conversación de dos de sus compañeros que eran novios específicamente Hannah Diamant y Franz Kefka, peleaban por alguna tontería, la chica ya tenía los ojos cristalinos por las lágrimas que estaban a punto de salir. Hange rio para si misma sin que la pareja la vieran, pero en ese momento sintió un cálido aliento cerca de su cuello.

LEVIHAN HISTORIAS CORTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora