—Llevas diez minutos mirando la portada de ese libro —me informa Iván a mi lado.
Le miro totalmente despistada, hasta que me doy cuenta de lo que quiere decir. Debe de pensar que soy idiota.
—No dirás que no es digna de admirar, con ese entramado dorado... —disimulo.
La realidad es que, desde que me levanté ayer no he sido capaz de dejar de pensar en Alec. Se quedó toda la noche conmigo y por primera vez me quedé dormida sin pensar en Lili. Y sin darle las buenas noches.
Cuando el día comenzó a clarear, Alec se marchó y yo me hice la dormida para evitar tener que decirnos algo el uno al otro. Eso sí, antes de irse, depositó un cálido beso en mi mejilla que alargó más tiempo de lo normal.
Y aquí estoy, organizando el nuevo stock, mientras intento que ese momento no lo acapare todo.
—¿Quieres que te eche una mano con ello antes de irme? —se ofrece. Él tan solícito siempre...
—Gracias pero no. Tú ya has cumplido con tu horario, puedo apañármelas sola.
Sobre todo porque a primera hora apenas suele haber clientes. Tendré tiempo de sobra para organizar los nuevos libros y eso me mantendrá entretenida. Quizás así pueda dejar de pensar en...
—Oye, ¿tienes planes para mañana?
—Creo que no, aunque aún no he hablado con Miriam.
—Voy a ir con un par de amigos al cine y luego a tomar algo por ahí. Nada del otro mundo pero sería genial si vinieras. Y Miriam, claro. Habla con ella y me dices algo ¿vale?
Lo dice tan convencido que incluso me parece buena idea. Es fácil estar con él y a veces lo único que apetece es pasar un rato sin complicaciones. Tendré que convencer a mi amiga...
—Suena bien. Y no creo que Miriam se niegue a un plan como ese. En realidad, a ella le vale casi cualquier cosa —río.
—Genial, hablamos.
Me hace un gesto de despedida al salir por la puerta y yo le imito. Una tonta sonrisa permanece en mi cara un buen rato y me doy cuenta de que Iván es alguien que me pone de buen humor. Sin embargo, eso no es suficiente y quien acelera mi corazón es otro...
Una hora después, he terminado el stock, repuesto los ejemplares agotados y actualizado la mesa de novedades. Al escuchar la puerta, me giro hacia allí dispuesta a saludar al primer cliente de la tarde y cuál es mi sorpresa al ver que es mi madre.
—¡Hola! —Esta sí que es una visita inesperada—. ¿Qué haces aquí?
Me tiende uno de los dos cafés que lleva y con eso ya me ha ganado.
—Capuccino doble con un toque de cacao.
Eso no responde a mi pregunta...
—¿No deberías estar echando la siesta?
Es lo que suele hacer a estas horas después del turno de mañana.
—¡Cierto! Pero he terminado de comer y me he dado cuenta de que aún no he visto dónde trabajaba mi hija. Así que he decidido bajar a dar un paseo y traer café. No molesto, ¿verdad?
—Es pronto. Dentro de un rato tendré algo de trabajo.
La miro con suspicacia, algo no me cuadra de su visita. Así por las buenas...
—¿Seguro que está todo ok? ¿Ha pasado algo con Leo? ¿El trabajo va bien?
Niega con rotundidad mientras esboza una sonrisa que intenta ser tranquilizadora.
—No pasa nada, es solo que mientras estaba comiendo, me he dado cuenta de lo poco que nos vemos. Ahora que vosotros también trabajáis parecemos compañeros de piso en vez de una familia. Apenas nos cruzamos de vez en cuando por la casa...
Horarios diferentes, cambios de turno. Tiene toda la razón.
—Mientras nos vaya bien, no debería ser un problema. Vale que sería genial pasar más tiempo juntos...
—¿Os estoy fallando? —suelta de golpe. Ni siquiera me ha dejado terminar de hablar.
Así que de eso se trata. Ya sabía yo que estaba rumiando algo.
—¿A qué te refieres?
—Apenas estoy en casa y cuando lo hago, en gran medida estoy durmiendo. Siento que no me estoy ocupando de vosotros como debería. Estáis en unas edades de muchos cambios y no quiero que sintáis que no podéis contar conmigo.
Dejo el café sobre el mostrador y me acerco a abrazarla. Notar la congoja en su voz hace que necesite consolarla.
—Mamá, lo estás haciendo genial. No tienes que preocuparte de nosotros. Sabemos que estás ahí para lo que haga falta.
—Es que antes éramos dos pero ahora que tu padre está lejos, siento que pasáis demasiado tiempo solos y ni siquiera sé si todo está en orden o vuestras vidas están patas arriba.
Me separo y la miro.
—Todo va bien. Creo que este cambio nos ha venido genial a los tres. Incluso Leo está mucho más asentado. ¡Ha madurado! Por fin se comporta como alguien de su edad y no como un crío. Y yo, estoy... bien.
—¿Seguro? No me mientas. No quiero que pase como con Lili. Si algo no va, dímelo y buscaremos la forma de solucionarlo, pero no lo escondas bajo un montaña de mentiras o verdades a medias. Soy tu madre, sobre todo para lo malo. Es fácil estar en los buenos momentos, sin embargo lo importante es estar en los malos. Sabes que no hay nada de lo que no puedas hablar conmigo.
Y entonces lo hago. Le hablo de Alec, de lo que está pasando, de lo que siento. No porque piense que ella va a tener la solución, sino porque con lo que ha dicho creo que se ha ganado que se lo cuente. No quiero dejarla al margen como hacía Lili. Ella nos apartó a todos de su realidad. Vistió su día a día de una capa de mentiras y no me puedo imaginar lo difícil que tuvo que ser mantener esa imagen de cara a los demás cuando su vida era un infierno. Si algo me da miedo, es convertirme en Lili. Y la forma de evitarlo, es no caer en los mismos errores que ella.
Bueno, bueno, ya veis que de momento para lo que va a servir Iván es para que Tali y Miriam amplíen su grupo de amigos. ¿Qué tal irá? Lo sabréis en el siguiente capítulo.
E Inés... entiendo que se preocupe por ellos. Teniendo un trabajo a turnos y pasando poco tiempo en casa, es normal que piense así. Más aun después de lo de Lili. Por eso me gusta que Tali le cuente lo de Alec, para marcar una diferencia respecto a su hermana. Y eso demuestra que ella está avanzando y está encontrando la persona que quiere ser.
¿Os ha gustado? El próximo capítulo va a poner a Tali en una situación que ella no espera.
Nos leemos. Besitosss
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Una historia sin título
Romance¿Serías capaz de soportar la pérdida de tu hermana? ¿Podrías empezar de cero con su recuerdo aún asaltando tus sueños? Tali quiere una nueva vida. Lo que ocurrió con Lili fue un punto de inflexión que le hizo replantearse todo lo que había hecho ha...