Capítulo 31

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Al final no todo fue un absoluto desastre

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Al final no todo fue un absoluto desastre. Para mi sorpresa, cuando llegué a casa descubrí que me habían incluido en un grupo de Whatsapp llamado "Cine, planes y más". Lo ocurrido, parecía no haber espantado a mis nuevos amigos...

—Huyamos —me susurra Miriam en cuanto termina la reunión del grupo de duelo.

Asiento con determinación, no seré yo la que le diga que no.

—Café, ya —le insto.

Salimos a toda prisa. Hay gente a la que le gusta quedarse un rato charlando al acabar y si no nos damos prisa, corremos el riesgo de que alguien entable conversación con nosotras.

Ni nos complicamos, la necesidad de cafeína es tan grande que entramos en el local que hay justo al lado.

—Hoy se me ha hecho cuesta arriba esa reunión —le cuento mientras pago los cafés—. ¿No te ha dado la sensación de que todo lo que contaban era deprimente? Quiero decir, otras veces, la cosa está más equilibrada...

—Tienes razón. Nadie ha aportado algo esperanzador —concuerda.

—Pues está claro, eso es que todos seguimos en la mierda.

Miriam se ríe de mi comentario y tomamos asiento junto a una de las ventanas.

—¿Has visto el grupo de Whatsapp? —me pregunta—. Koldo y Merche ya están poniendo opciones para el fin de semana.

—Lo que no sé es cómo me han añadido a su grupo después de la que lié el sábado.

—Porque son buena gente —sentencia—. Ni siquiera tuve que explicarles nada. Entendieron que tú tenías tus motivos para actuar así y que quizás algún día se lo contarías.

No me lo puedo creer.

—Aun así, me pasé y les pediré disculpas. Mi comportamiento fue horrible.

—¿Sabes cuántas veces he reaccionado yo así? Muchas más de las que me gustaría. No controlamos nuestros miedos, Tali.

—Mi hermana lo pasó fatal por culpa de las redes sociales. Publicaban fotos de ella y la ridiculizaban. Tenía que leer cómo la insultaban y se reían de ella a diario. Por eso no tengo redes, ni quiero fotos mías circulando por ahí. Sé que puede parecer una tontería, pero el sábado, no pude evitar pensar que quizás a mí me pasaría lo mismo que a ella.

Remuevo pensativa el humeante líquido. Tengo que cambiar de actitud pues no podré evitar siempre situaciones como esa. ¿Qué haré si no? ¿Echar a correr cada vez que alguien quiera sacarme una foto?

—No tiene por qué pasarte lo mismo que a tu hermana.

—Lo sé, aun así, tengo pánico a comenzar el curso. En un sitio nuevo, es fácil convertirse en el foco de las burlas.

Miriam estira el brazo hasta poner su mano sobre la mía.

—¡Ni lo pienses! Me tienes a mí y yo no dejaré que eso ocurra. Creo que incluso puedes contar con ellos. Y tienes a tu familia y a... Alec. Oye, hablando de Alec... ¿qué pasa con él?

—¿Qué quieres decir?

Una tímida sonrisa asoma en su rostro.

—Está enamorado de ti.

El corazón me da un vuelco aunque no entiendo cómo ha llegado a esa conclusión.

—¿De qué estás hablando? Eso no tiene ningún sentido.

—Le vi. Su expresión, su reacción. Salió corriendo tras de ti como si le fuera la vida en ello...

Sujeto la taza con ambas manos para evitar que estas tiemblen. Lo que dice me está poniendo nerviosa.

—Es lo normal, ¿no? Es mi acompañante. Su función es esa: estar para mí si lo necesito.

—No Tali, no. Esto es totalmente distinto. Créeme, siempre he tenido buen ojo para estas cosas. Y algo me dice que a ti también te gusta. Mucho.

Rehuyo su mirada, un poco incómoda por ser tan fácil de leer.

—Sí, me gusta. Demasiado. ¿Sabes ese momento en el que una persona ocupa gran parte de tus pensamientos? Aunque intentas evitarlo, todo te lleva a pensar de nuevo en ella.

—Vaya...

—Pero no puede ser, así que encima no me vengas diciendo que es mutuo porque yo ya no sé qué hacer con toda esta situación. Hay veces que me parece que siente algo y otras, creo que soy yo la que estoy inventando cosas.

—Inventando nada bonita. Otra cosa es que él esté intentando hacer lo correcto y su responsabilidad hacia ti le hace frenarse. Estoy segura de que si no fuera porque es tu acompañante, ya hubiera pasado algo más. Vamos, fijo.

Odio que las palabras de Miriam me den esperanza. Durante los últimos días, me he empeñado en alejar esa idea de mi mente y aquí está ella, plantándome la posibilidad delante de mis narices.

—No sé qué hacer...

—¿No se te ha ocurrido ponerle a prueba?

Se me escapa una carcajada ante su sugerencia.

—¿Lo dices en serio? ¿Qué quieres que haga?

—Que le pongas la miel en los labios.

Esa frase me recuerda al momento en el que Alec me besó. Da igual que fuera solo una muestra de cariño y consuelo, yo lo sentí tan íntimo que aún no sé cómo voy a mirarle a la cara la próxima vez que quedemos. Porque aunque nos neguemos a reconocerlo en voz alta, en ese instante sentí que me quería de una forma auténtica y profunda.

—No puedo hacer eso. Si sale mal, le perderé y no quiero arriesgarme. No quiero estar sin él. Prefiero tenerle a mi lado así que no tenerle.

Miriam se cruza de brazos un poco molesta.

—¡Así no hay forma de que triunfe el amor! —exclama tan alto que varias personas nos miran.

—Te estás empeñando con una causa perdida, Miriam.

—Vale, pues si es así, ¿qué tal Iván?

Ahora sí que me río.

—¿Hablas en serio?

—También le gustas —dice de forma tajante.

—A ver, no puedes pretender que me olvide de Alec, liándome con Iván. No sería justo.

—Eso es verdad —dice con resignación—. Ese chico me cae bien. Tampoco te digo que te lances a su cuello, solo que le tengas en cuenta. Quizás con el tiempo, le des una oportunidad.

Tiene razón, quizás con el tiempo...

¡Hola gente de Wattpad! ¿Preparados para el maratón? Unos poquitos capítulos y terminamos esta historia

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¡Hola gente de Wattpad! ¿Preparados para el maratón? Unos poquitos capítulos y terminamos esta historia.

He de decir que lo que más gracia me hace de este capítulo es Miriam diciendo que Alec está enamorado de Tali como si fuera todo un descubrimiento. ¡Si solo hay que ver cómo se comporta! Jajajja ¿Quién no se daría cuenta? ;P

En fin, os aviso que este es el único capítulo tranquilo. Así que... ¡preparaos para los otros cuatro!

Dejadme comentarios, please. Besitosss

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