|Reunión familiar|

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-¡Este lugar quedó increíble!- dijo Lilith emocionada mirando el departamento de su hija.

-¿Gracias? Lo decoré como... un museo- respondió Charlie mirando las cosas de Alastor.

-Tranquila... Cuando pongamos la mesa de regalos. Todo esto se irá- dijo Lucifer tomando del hombro a su hija con cariño.

-¡Hola! ¿De qué están hablando por acá?- preguntó Alastor abrazando a Charlie.

-¡Solo unos planes!- respondió Lilith sonriente.

Alastor agachó la mirada y vio una hoja. -¿Qué es esto?- preguntó.

-Es el precio por cabeza- habló Lucifer agarrando unas cajas con revistas de vestidos de novias.

Alastor leyó el papel y se sorprendió. -¿Ese es el precio de una cabeza humana? Creo que hace mucho me pude haber hecho millonario- dijo extendiendo su sonrisa.

-Una boda no es barata- dijo Lilith. -Tranquilo- lo sostuvo del hombro. -Luci y yo los cubrimos en este gran pago-

Alastor se puso nervioso y miró a Charlie. -¡Recuerda mi amor! "Menos comida, ¿más gente?"- habló pensando una frase inspiradora, pero solo dio pena.

-Querido... Es una boda, no una parranda- dijo Charlie sarcástica mientras miraba a Alastor.

-Te ganaste a las más rebelde. Edúcala- susurró Lilith a Alastor haciendo que este se ponga nervioso. -Su primera sesión con el sacerdote es el martes- dijo sacando otra revista.

-¿Qué dijo vieja put-... ¿Qué sesión?- preguntó Alastor sonriente. Pero por dentro quería matar a alguien.

Charlie lo calmó y sostuvo su hombro haciendo que el castaño se sonroje. 

-Solo tienen que hablar con el sacerdote sobre sus visiones, sus emociones, sus expectativas, sus miedos- dijo Lilith con una gran sonrisa.

Alastor agachó la cabeza y miró a Charlie. -¿Y de qué vamos a hablar?- susurró Alastor a la rubia.

Charlie se alteró y miró a su madre. -Madre, ya te dije que Alastor no es muy religioso. ¿El sacerdote podría hacer una excepción para ambos?- preguntó con una tierna sonrisa nerviosa.

-Es que no auspiciará la ceremonia si no se reúnen con él- dijo caminando hacia la pareja. -Solo di "si". Esa es la palabra más importante en un matrimonio- dijo con sarcasmo mientras acariciaba el pelo de Charlie.

Alastor suspiro. -Si... hay que reunirnos con ese sacerdote- dijo rendido mientras miraba a Charlie sonriendo y a la vez queriéndose morir.

-Hija, ¿ya pensaste en los colores?- preguntó la mamá de Charlie agarrando una tela. -¿Qué tal este?- preguntó con una tela color celeste. -¡Este color te hará ver menos pálida y desnutrida hija mía!- dijo sonriéndole a su hija.

-¿Disculpe?- preguntó Alastor algo molesto. Quería abalanzarse sobre su suegra y apuñalarla cien veces.

-¡Oh si! Me había olvidado- dijo Lilith abriendo su cartera. Así sacó una revista -Encontré una clínica que puede operarte el pecho. Tienes las tetas muy pequeñas hija. Son dos naranjas. Deberían ser dos sandías- dijo su madre moviendo el pecho a su hija con sarcasmo.

Charlie se sintió muy mal, también algo incómoda por lo que intentó taparse su pecho abrazándose a sí misma. Alastor se dio cuenta de esto y la puso detrás de él.

-Pues... a mi me parecen bien. ¡No como las suyas: arrugadas y viejas!- dijo Alastor tratando de no sonrojarse pero no lo estaba logrando.

-¡¿Quién mierda te crees?! ¡La mujeres tienen que satisfacer a su espo-...-

Mi falso prometido -Charlastor-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora