Mi falso prometido -Charlastor-

|Una taza de té|

La cafetería estaba llena de un murmullo suave, el aroma del café recién hecho impregnaba el aire. Lilith pidió una conversación personal con Charlie, ya que no faltaba mucho para su boda.

Charlie se sentó en una mesa en la esquina, nerviosa, jugueteando con su collar. A su lado, su madre, Lilith, parecía absorta en el movimiento de sus manos, como si intentara dar sentido a las palabras que estaban a punto de salir.

—Mamá, estoy preocupada por lo que pasó con Alastor —confesó Charlie, su voz apenas un susurro—. Siento que hay algo que no me dice y todo empezó desde tu pelea con él.

Lilith la miró, sus ojos llenos de una sabiduría que solo una madre puede tener. —Escucha, Charlie —dijo, ajustando el collar que brillaba con la luz del sol—. A veces, las cosas no son lo que parecen.

—¿Qué quieres decir? —preguntó Charlie, frunciendo el ceño.

—Alastor... —Lilith tomó un sorbo de su café, como si estuviera buscando las palabras—. Él solo te quiere por tu dinero. Eso es lo que pienso.

Charlie sintió que su corazón se hundía. —Ni siquiera tengo dinero. Mamá. No puede ser así. Alastor... él es diferente.

Lilith se inclinó hacia adelante, su mirada fija en el collar. —Mira, hija, ese collar es hermoso. Pero también puede ser una trampa. ¿Por qué crees que te lo regaló?

—¿Qué quieres decir? —Charlie se inquietó, sintiendo que las dudas se apoderaban de ella.

—Alastor podría estar usándote. Ese simple... collarcito podría ser una recordatorio de que estarás atada a el de por vida... —Lilith dijo, su tono grave y ominoso. —Debes ser cautelosa  mi niña, mi tesorito. Para eso pedí esta conversación contigo, para intentar hablar contigo porque si estuviese el, te manipularía. 

Charlie tragó saliva, su mente girando con posibilidades. —Pero... yo lo amo, tenemos un futuro juntos. Un matrimonio... —dijo algo extrañada por el afecto repentino de su madre.

—Un matrimonio que terminará en divorcio, lo sé —interrumpió su madre, su voz firme—. No puedes cegarte. ¡Quítate ese collar y devuélveselo, puede ser hasta brujería!

Charlie se quedó en silencio, sintiendo que el peso de la decisión se acumulaba en su pecho. Había algo de verdad en las palabras de su madre, pero ¿podía creer completamente en ellas?

☯

Alastor estaba sentado en el viejo sillón de su madre, rodeado de artefactos que habían estado en su familia por generaciones. La habitación olía a hierbas y magia, una mezcla que siempre había encontrado reconfortante. Alma entró, su rostro serio y determinado, trayendo consigo un aire de gravedad.

—Sabes madre... yo iba a venir para preguntar unas... cosas que últimamente han pasad-...

—Alastor, necesitamos hablar —dijo Alma, su voz resonando en la habitación mientras le servía una taza de té.

—¿De qué se trata, madre? —preguntó Alastor, cruzando los brazos, una mezcla de curiosidad y preocupación en sus ojos.

—He visto cosas. Cosas que tú no sabes —comenzó Alma, moviendo las manos en un gesto de preparación. Su conocimiento de vudú era extenso, pero había más que solo eso.

—¿Qué tipo de cosas? —preguntó nervioso. 

—Te contaré como surgió todo esto. —dijo su madre sentándose junto a él—. Tu... padre intentó hacer un pacto con una hechicera malvada. Ella deseaba poder, más allá de lo que puedas imaginar y este se creaba mediante almas, mediante pactos.