|Complaciendo a los suegros|

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Charlie y Alastor estaban en una reunión con el sacerdote que la madre de Charlie les había sugerido, y lo único que habían hecho es mirarse las caras todo el rato.

El timbre sonó resonando por toda la iglesia. Alastor miraba impaciente el reloj de mano rogando por salir de ahí.

-Bueno, no estuvo mal, adió-...- Charlie lo detuvo.

-Podría decirle... ¿algo más?- pidió Charlie sentando a Alastor junto a ella.

-Claro hermana, exprésese- respondió el sacerdote.

Charlie suspiró y con la mirada baja habló: -El no quiere ver a su padre. Es síndrome de abandono... es claro pero, no debería evitarlo, mas bien debería enfrentarlo. Sería bueno para su desarrollo como mi... futuro esposo- dijo Charlie con una sonrisa nerviosa.

Alastor cruzado de brazos habló: -Ella es quien sigue buscando que sus padres la aprueben, así que no quisiera que hablara de mi desarrollo como... su futuro esposo-

Charlie suspiró pesada.

-Bueno, Alastor... ¿Entiendes la preocupación de tu prometida?- pregunto el sacerdote sereno.

-Si, porque quiere que mi padre pague la mitad- respondió Alastor serio.

-No, yo creo que a Charlie le preocupa tu relación con tu padre ya que en un futuro eso te afectará cuando sean padres- dijo el sacerdote. -¿No es así Charlie?- preguntó mirando a la chica.

-De hecho, si... quiero que pague la mitad- respondió Charlie con una sonrisa nerviosa. También quería irse.

-Ah, comprendo- respondió el sacerdote.

-¿Comprende?- dijo Alastor con una sonrisa. -Esta loca- dijo susurrando mientras señalaba a Charlie.

Charlie lo escuchó y lo interrumpió. -Podría pensar que estoy loca, pero no hay que ser doctor como para saber que tu padre son las causas de tus... apuestas-

-¿Problema de apuestas?- preguntó el sacerdote.

-Mis "apuestas" no son ningún problema- se excusó Alastor.

-¡Por favor! Creo que deber 15 mil dólares a alguien llamado "demonio", que te va a matar si no le pagas no es un problema ¿verdad señor sacerdote?. ¿Qué opina usted- dijo Charlie con sarcasmo.

-Alastor, ¿debes 15 mil dólares de apuestas?- preguntó el sacerdote.

-Le debe al... "demonio"- dijo Charlie.

-Lo va a matar si no le paga. ¿Eso es cierto?- preguntó el sacerdote.

Alastor suspiró. -No, no es cierto. No debo 15 mil dólares- 

-¿Qué?- preguntó Charlie confundida.

-De hecho, son 30 mil dólares- terminó Alastor con una gran sonrisa. -¡No esperaban eso, verdad!- dijo sonriente.

-Ya quiero que esto termine para no verte de nuevo- pidió Charlie mientras miraba al limbo, estaba con una sonrisa nerviosa.

-No esperes una tarjeta navideña de disculpas querida- dijo Alastor serio.

-Pero solo sabes hablar por una radio, creo que ni sabes escribir- respondió Charlie fulminándolo con la mirada.

-Bien, creo que ya terminamos- dijo el castaño y se impulsó rápidamente para levantarse.

-Pues si- respondió Charlie sonriente. 

-Esperen... ¿la boda se canceló?- preguntó el sacerdote confundido.

-¡Nunca!- respondieron Charlie y Alastor a la vez mientras salían de la iglesia.


***

Mi falso prometido -Charlastor-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora